La dirección del Hospital Público de A Mariña (Lugo) ha retirado la ‘pancarta-cuadro’ colocada este martes, en una barandilla de la entrada, para denunciar el «deterioro» del servicio sanitario. El Sergas justifica la retirada en el «incumplimiento de la normativa» de colocación de cartelería en edificios sanitarios.
Un trío de artistas plásticos realizó esta acción artística para solidarizarse con las quejas recurrentes del personal en torno a la falta de recursos. La idea era que el tiempo actuase sobre la pancarta y la deteriora y, de este modo, establecer un paralelismo con la situación del hospital.
Según indica a Europa Press el presidente de la junta de personal, Adolfo Corral, la retirada se produjo alrededor de una hora después de colgarla y sin previa comunicación. Indica que se ha realizado una «confiscación no solo de una pancarta, sino de una obra de arte». «Entendemos que como junta de personal podemos colgarla», defiende.
La única explicación «breve» que ha recibido la representación del personal se apoya en que «la barandilla es un espacio público y no se puede colgar ningún tipo de cartelería».
Fuentes del Sergas ratifican a Europa Press que el motivo de la retirada es el «incumplimiento de la normativa» y que no se trata de «ninguna represalia».
‘PANCARTA-CUADRO’
Los artistas reponsables (Pedro Cabarcas, Adri Pardo y Neira Brochs) idearon esta ‘pancarta-cuadro’ para establecer una relación entre ella y el estado del servicio sanitario. «Es un poco lo que está pasando con la sanidad aquí en el hospital. Esto no es cuestión de un día, es cuestión de muchos días y muchos meses», señaló Cabarcas a Europa Press.
Esta pancarta tiene una dimensión de cinco metros de ancho por uno de alto y en la parte inferior se puede leer el slogan que el personal sostiene en las concentraciones que realizan diariamente a las 11.00 horas: «En defensa dos pacientes da Mariña». Cada uno de los artistas ha dibujado distintas caras, incluida una reinterpretación de ‘El grito’, de Munch.
«Somos pacientes del hospital, aparte de artistas», explica Cabarcas. «Entonces, estamos implicados en nuestra propia atención», añade.