Más de 500 enfermeras en Galicia han reclamado al Sergas el reconocimiento del llamado ‘solape de jornada’, el tiempo que destinan al cambio de turno, según ha informado el sindicato Satse, que ha lamentado que este servicio «es uno de los pocos» que sigue sin reconocer este tiempo, que es «continuidad asistencial».
Satse ha señalado que ni Galicia, ni Asturias, Castilla La Mancha y Andalucía han reconocido este derecho de las enfermeras, mientras que sí lo han hecho otras 13 Comunidades Autónomas. Al respecto, han recordado que este tiempo «es fundamental en la atención especializada» y «aporta seguridad y continuidad en la atención y cuidados a los pacientes».
Según el sindicato, en Galicia las enfermeras acumulan cada año 80 horas de ‘solape de jornada’, una situación que afecta a unas 8.000 profesionales, y esta falta de reconocimiento «precariza todavía más las condiciones laborales», provocando una gran desafección por el trabajo a turnos, que es imprescindible para el mantenimiento de la actividad sanitaria.
Satse ha pedido este reconocimiento en varias ocasiones, y se ha dirigido al conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, para trasladar esta demanda de las enfermeras, que se ven «obligadas a regalar su tiempo al Sergas en cada cambio de turno».
Durante el cambio de turno, ha recordado, «se comentan de forma oral incidencias, necesidad de vigilancia, y todo tipo de aspectos relevantes para la salud de los enfermos y la debida continuidad asistencial en las unidades hospitalarias con ingreso, para evitar posibles riesgos».
Para que esta trasmisión de información se haga sin afectar al turno saliente, las enfermeras, tradicionalmente desde hace años, se presentan en su puesto de trabajo con 15-20 minutos de antelación, «hecho de sobra conocido por toda la estructura directiva hospitalaria del Sergas, pero que, sin embargo, no se acaba de traducir en reconocimiento».
Para Satse, la situación «es un claro ejemplo de cómo la administración se aprovecha de la profesionalidad, dedicación y compromiso de las enfermeras y enfermeros», y han criticado que «se sigue perpetuando una situación injusta, discriminatoria y claramente perjudicial».