La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a un año de prisión para un guardia civil de Lugo, en estado de embriaguez, que se burló y empujó a un superior mientras intentaba influir en el control de alcoholemia al que estaban sometiendo a su cuñado.
Los hechos, por los que el procesado fue condenado por un tribunal militar, se remontan al mes de agosto de 2021, cuando una patrulla de la Guardia Civil de Burela acudió a un accidente entre dos vehículos. Mientras esperaban a los compañeros de atestados para someter al conductor de uno de los turismos a la prueba de alcoholemia, se presentó en el lugar de los hechos el condenado, que inicialmente no se identificó como guardia civil, y que intentó influir en esta prueba.
Concretamente, en contra de las órdenes del sargento presente, trató de darle a su cuñado una botella de Aquarius y, cuando fue interceptado, le espetó: «Dime en qué artículo dice que yo no le puedo dar agua a mi cuñado», arremetiendo a continuación contra el sargento, al que llegó a empujar para llegar hasta su familiar.
El auto del Supremo considera probado que el guardia se personó en el lugar «para intentar abiertamente ayudar» a su cuñado «a atenuar o superar la prueba de alcoholemia que se le iba a realizar», que «desoyó reiteradamente las órdenes» del sargento para que no interviniese en los hechos y que «discutió burlonamente» con él «sobre la existencia de normas que permiten beber o no antes de dicha prueba».
Además, «mientras los miembros del equipo de atestados realizaban las pruebas de alcoholemia a su cuñado, el recurrente permanecía a su lado dándole consejos acerca de la manera en que debía soplar y de comportarse». Finalmente, se ofreció el mismo a llevar el coche, momento en el que se le hizo una prueba de alcoholemia que dio positivo.
El tribunal militar consideró los hechos constitutivos de un «delito de maltrato de obra a un superior» y condenó al agente a un año de prisión e inhabilitación por el mismo tiempo, un fallo que ahora ha respaldado el TS.