El jefe del grupo de investigación de delitos de delincuencia organizada y violenta en A Coruña cuando se produjo la muerte de Samuel Luiz — en la madrugada del 3 de julio de 2021 en el paseo marítimo coruñés tras una paliza — ha atribuido a una «actuación grupal, inhumana y atroz» lo ocurrido ese día.
«Es imposible evitar la consecuencia final», ha sentenciado a preguntas de la fiscal sobre la muerte de la víctima y tras un relato de los hechos en base a las testificales recabadas por la Policía, 54, y el visionado de las imágenes durante tres meses, además del análisis de los teléfonos de los presuntos implicados.
«No podemos acreditar a nadie más como partícipe», ha asegurado al ser preguntado por una defensa si «se les pudo escapar alguien más» como presunto autor de la agresión, que, ratificó, se prolongó durante unos minutos.
«Hay tráfico de llamadas entre los autores esa noche», ha expuesto, en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, con Tribunal del Jurado, en relación al encuentro que, según las acusaciones, mantuvieron los acusados en un parque tras lo sucedido.
Esto tras especificar previamente, en base al resultado de la investigación, que los cinco procesados estuvieron, con distinto nivel de participación, en el «núcleo de la agresión». «Algunos más cerca y otros más separados pero llegan todos», ha resumido.
«UNIDAD DE ACCIÓN»
Con «una unidad de acción continuada», ha dicho al referirse tanto a un primer lugar, donde la víctima recibe «puñetazos y patadas» en el exterior de un local de ocio, para continuar en otros puntos más del paseo marítimo «hasta llegar al final», donde el fallecido cae desplomado.
Cuestionado por el origen de la agresión, ha manifestado que «los comentarios despectivos que recibe Samuel». «Solo porque le contestó diciendo que no estaba grabando», ha apostillado sobre el momento en que Diego M.M. recrimina a la víctima que le grabe y este le replica que está haciendo una videollamada.
PARTICIPACIÓN
Este policía, máximo responsable de la investigación desde julio hasta principios de noviembre de 2021, ha ratificado que a Diego M.M., Catherine S.B. y Alejandro F.G. se les detuvo como resultado de la investigación, sin que acudiesen voluntariamente, y que Kaio A.S.C. acudió a los pocos días de los hechos a la Policía pero para exculparse por las referencias que había de él en redes sociales.
«Dijo que iba a separar, luego pudimos determinar que no era cierto», ha sentenciado respecto al día de los hechos para especificar, además, que no dijo la verdad a los policías en cuestiones como la vestimenta que llevaba.
«Al menos una patada», ha relatado respecto a una testifical que, admitió, motivó su detención, sin poder aclarar, a preguntas del abogado de Kaio, que luego este testigo dijese que le vio «cargar», pero no dar la patada, según lo declarado también en en el juicio.
De este procesado, el policía afirmó que se le ve, en las imágenes visionadas en «tres meses de investigación», corriendo a «toda velocidad» hacia el «núcleo de la agresión principal».
También ha confirmado que la última detención fue la de Alejandro M.R., del que ha indicado que compareció solo al ser citado ya con posterioridad a los arrestos y no desde un primer momento como hizo otro joven del entorno de los procesados. «Nos llamó la atención», ha reconocido.
Sobre este acusado, aseguró que un testigo declaró que le expuso: «no pude hacer nada porque me paró un negro». «Se le ve corriendo detrás de Kaio y entra en el punto del núcleo de la agresión y en un momento dado sale disparado», ha añadido ya sobre las imágenes de ese día. A preguntas de su defensa, ha precisado que «ninguno lo señala» al ser cuestionado si hay testimonios o imágenes que confirmen que agrediese al fallecido.
En cuanto al presunto robo del móvil de Samuel por parte de Kaio — hecho por el que, además de asesinato, se le imputa este delito — ha explicado que no es hasta una segunda declaración con su letrado cuando dice que se encontró un teléfono «por allí y que se lo lleva». «Uno de los amigos lo refiere», ha señalado sobre el supuesto intento de venta del teléfono.
SECUENCIA DE LOS HECHOS
Todo ello en una declaración para determinar la presencia o no de los acusados ese día, aunque centrándose, sobre todo, en respuesta a las preguntas de las acusaciones, en Catherine, Kaio y Alejandro M.R. para tratar de determinar su posible implicación.
De Diego M.M. y Alejandro F.G. — el primero habría iniciado la agresión y el segundo agarrado por el cuello a la víctima haciendo la técnica del ‘mataleón’, según testificales previas a la sesión de este miércoles — ha aseverado que, de acuerdo con el resultado de la investigación, son los que se «abalanzan» sobre la víctima ya desde un primer momento de la disputa.
De Catherine ha señalado que «aparta» a la amiga de Samuel «impidiendo que ayude». «Se suma Kaio a gran velocidad y Alejandro Míguez», en referencia en este caso al momento en el que a este se le ve en el punto inicial de la agresión.
«Ahí se producen patadas y puñetazos, según los testigos, que refieren seis o siete personas», ha añadido sobre los individuos que habrían participado en la agresión inicial, hechos por los que se detuvo también a dos jóvenes que eran menores entonces y que ya fueron condenados a tres años y medio en un centro de internamiento.
Esto en una exposición en la que ha ratificado que solo una persona inicialmente y luego dos senegaleses trataron de auxiliar al fallecido. También con preguntas de alguna de las defensas sobre si en las imágenes de vídeos se ve que alguien portase una botella o una navaja. «Lo refieren testigos, yo no lo vi», ha incidido tras precisar, a otra defensa, que en un registro en un domicilio de uno de los menores condenados encontraron una navaja, sin poder concretar más respecto a este extremo.
TESTIMONIOS SOBRE LA ÚNICA ACUSADA
En el juicio han prestado también declaración los dos agentes que llegaron al lugar de los hechos, tras ser avisados. Uno de ellos confirmó que la amiga de Samuel le dijo que la apartara una persona, «una chica», para «impedir» que ayudase a la víctima.
Antes, una testigo pedida por el letrado de Catherine S.B., que conocía a esta desde los once años y que convivió con ella seis meses, ha expuesto que esta «nunca» mostró una actitud despectiva hacia su persona por su orientación sexual.
Al respecto, y a preguntas de este abogado, dijo que también le defendió cuando le llamaron «maricón». «Le incomodaba», ha añadido al ser cuestionada por la actitud de la acusada ante descalificativos así, el que, según las acusaciones, empleó también ella contra el fallecido. Por ello, se le piden 25 años por delito de asesinato con agravante de discriminación por la orientación sexual de Samuel.
Esta pena se solicita también para su entonces pareja, Diego M.M. — al que las acusaciones consideran la persona que inició la agresión — y con el que esta testigo precisó que solo llevaba su amiga tres meses con él.
«Nada», ha contestado cuando la fiscal le preguntó si, pese a conocerla desde los once años, la procesada no le contó sobre el día de la paliza mortal.