El juicio por la muerte de Samuel Luiz — el joven de 24 años que falleció tras una paliza a la salida de un local de ocio, después de que uno de los cinco procesados que desde este miércoles se sienta en el banquillo de los acusados creyese que le estaba grabando, — ha comenzado este miércoles en la Audiencia Provincial de A Coruña tras constituirse el jurado el martes.
Ha sido con la exposición de cuestiones previas y después de que solo dos de los cinco acusados accediesen por la entrada principal al ser los únicos que se encuentran en libertad, con obligación de comparecencias ante el jurado. Los otros tres se encuentran en prisión provisional desde el día de los hechos, la madrugada del 3 de julio de 2021.
La única mujer acusada, Catherine S.B. llegó acompañada por su abogado, cabizbaja y con la capucha puesta, en un momento en el que estaba lloviendo con intensidad. Mantuvo silencio ante los numerosos medios de comunicación congregados a las puertas de la Audiencia de A Coruña, lo mismo que hizo a la salida, en este caso con el rostro descubierto, pero sin hacer declaraciones.
Este fue el caso también de Alejandro M.R. que, como ella, declarará este jueves. Salió, al término del juicio tras unas cuatro horas de sesión, con unas gafas de sol y sin contestar a las preguntas de los medios. Sí lo hizo su abogado, Manuel Ferreiro, que incidió, como en el juicio, en que no hay pruebas contra su cliente y negó su participación.
«Será un cobarde, un imbécil, pero no es un asesino», ha sentenciado ante las peticiones de pena de las acusaciones: Fiscalía, la particular, ejercida por la familia de la víctima, y la popular, a cargo del colectivo LGTBI Alas Coruña.
DISCRIMINACIÓN POR ORIENTACIÓN SEXUAL
Todas ellas piden una condena por delito de asesinato con ensañamiento y alevosía y agravante en el caso de Diego M.M. y Catherine S.B. por discriminación en relación a la orientación sexual de la víctima. Por eso, a ellos se les piden 25 años de prisión.
Y es que la cuestión de si la condición sexual hizo que la agresión recibida fuera aún mayor ha sido otro de los aspectos que ha centrado el juicio en esta primera sesión y en la exposición de las partes en relación a sus solicitudes de condena o no. En su caso, las defensas piden la libre absolución.
«No le golpeó porque fuese homosexual», ha indicado el letrado de Diego M.M., que ha manifestado que su cliente estaba esa madrugada «mamado», en referencia al consumo de alcohol, y que «quería gresca». «La tomó con Samuel como podía ser con cualquiera», ha aseverado para rechazar, no obstante, que «le golpease durante seis minutos y en 180 metros».
AGRESIÓN DE UNA «MANADA»
Esto lo ha expuesto frente a los argumentos de las acusaciones. Así el letrado del colectivo LGBTBI ha vinculado la agresión con «una manada» mientras que la abogada de la familia ha manifestado que los cinco «eran perfectamente conscientes de la gravedad» de los hechos.
«Se nos dice que no querían matarle y entonces qué quuerían, mandarle a la UCI, dejarle en silla de ruedas o romperle todos los huesos», ha planteado para insistir en que le persiguieron «cuando huía, cuando no tenía fuerzas y se quejaba». «No detuvieron el ataque hasta que cayó al suelo».
De «cacería brutal e inhumana» ha calificado la fiscal lo que ocurrió, insistiendo en que hubo una «animadversión» por la condición sexual de la víctima, en alusión en concreto al que presuntamente inició la agresión. «La muerte de Samuel fue previsible, conocida y aceptada por todos los acusados», ha aseverado.
DEFENSAS NIEGAN PARTICIPACIÓN
«No hace absolutamente nada», ha asegurado el letrado de Catherine S.B., quien definió a su clienta como una «niña», al tiempo que sostuvo, frente a lo que mantienen las acusaciones, que intentó parar la agresión.
El abogado de Kaio A.S.C. ha rechazado que su cliente participase en ella y ha insistido en que intentó «separar». Además negó que hubiese robado el móvil de la víctima, motivo por el que para él se pide la pena más elevada, 27 años de cárcel.
«No toda agresión con resultado de muerte tiene la misma consecuencia jurídica», ha insistido, a su vez, el letrado de Alejandro F.G., para el que se solicitan 22 años de cárcel como para Alejandro M.R.
El juicio, en el que hoy los acusados estuvieron con rostro serio, algunos cabizbajos y otros mirando de vez en cuando hacia la zona del jurado o hablando en algún momento puntual con su letrado, seguirá este jueves con la declaración de los dos acusados en libertad, además de testigos: dos amigos de la víctima presentes en el lugar y los ciudadanos senegaleses que trataron de auxiliar a Samuel.