Son las 9,00 horas de la mañana y tanto Hugo Caamaño como Patricia Parafita, dos jóvenes gallegos de 21 años, comienzan a «patrullar» las calles de Santiago para velar por una «convivencia armónica».
Vestidos con un chaleco blanco, que en ocasiones genera que les confundan con trabajadores de una ONG, y equipados con una tablet y un sonómetro, intentan captar la atención de los turistas que llegan a la capital.
Pero ninguno de estos dos jóvenes de 21 años son policías, sino informadores, una figura que recorre los principales puntos turísticos de Santiago desde el pasado viernes y cuya función es sensibilizar sobre un turismo respetuoso.
En esta coyuntura, durante la mañana de este miércoles, la pareja de informadores ha mostrado a los medios de comunicación cómo trabajan en el entorno de la Praza de Cervantes. Allí, han asegurado que la experiencia de estos últimos seis días «ha sido buena» y que la gente con la que interactúan suele ser «bastante» acogedora.
Sin embargo, Hugo Caamaño y Patricia Parafita, los dos informadores que conforman esta pareja, también han señalado que reciben muchos «no», pero que entienden que esto también forma parte de este proceso con el que buscan sensibilizar a los visitantes para alcanzar una «convivencia armónica».
Según ha podido comprobar Europa Press este miércoles en las inmediaciones de la céntrica plaza, en la mayoría de los casos son los informadores los que se acercan a los visitantes y no al revés. Además, los propios trabajadores han detallado que en ocasiones los confunden con algún tipo de ONG debido a su indumentaria, un chaleco blanco.
En el momento en el que logran captar la atención de una pareja o grupo de turistas, lo primero que realizan es una encuesta en la que les preguntan cosas básicas como el lugar de procedencia, el tipo de viaje que realizan, los lugares que piensan visitar, el tipo de alojamiento que prefieren o cuánto tiempo planean quedarse en Compostela.
A continuación, los informadores proceden a explicar la campaña en la que se enmarca el servicio del que forman parte e intentan poner el foco en los comportamientos incívicos de algunos grupos, como la acampada de este lunes en las escaleras de la Praza de Praterias, y que deberían evitarse para lograr una convivencia armónica en la ciudad.
CENTRALIZACIÓN TURÍSTICA EN LA ZONA ANTIGUA
Asimismo, intentan concienciar a los visitantes sobre la centralización turística que vive la zona antigua de la ciudad y sobre las oportunidades que ofrece Santiago. Para lograrlo, se apoyan en una presentación que tienen en sus ‘tablets’, en la que los turistas pueden escanear un código QR para consultar qué lugares visitar.
En este sentido, Patricia Parafita ha esgrimido que, en general, los turistas agradecen estas recomendaciones, ya que «muchos vienen solo a la zona vieja y no saben qué más hacer». Respecto a los comportamientos incívicos de algunos peregrinos, la mayoría de ellos les dan la razón y reconoce el trabajo que desarrollan los informadores.
Sin embargo, ambos trabajadores han coincidido en que los grupos, que son los que más ruido generan, son los más difíciles de abordar, porque «al ser tantas personas no quieren parar» para evitar separarse entre ellos.
«NO SOMOS POLICÍAS»
Sin embargo, la función de estos informadores no se limita a dar la bienvenida y recomendar lugares para visitar a los turistas, sino que va más allá.
Además de tener en sus ‘tablets’ indicaciones y recomendaciones sobre «turismo respetuoso», llevan consigo un sonómetro para que las personas que llegan a Santiago «sean conscientes del ruido que a veces provocan».
En esta línea, Patricia ha asegurado que, aunque al principio «les pilla por sorpresa», después se sorprenden al ver el ruido que generan e incluso piden perdón.
Por otra parte, ambos han querido subrayar que su objetivo siempre es acercarse a los turistas «de forma amable» y, sobre todo, «sin recriminarles nada». «Al fin y al cabo no somos policías, no tenemos ningún tipo de poder y estamos para informar», ha indicado Hugo.
Así, estos dos informadores, técnicos superiores en Guía, información y asistencias turísticas, han querido resaltar que después de los seis días de «patrulla» no tienen ninguna queja.
«DÉJANOS ACABAR Y DESPUÉS NOS DAS PUBLICIDAD»
Aún así, Hugo Caamaño ha subrayado que el hecho de que se sitúen en los tramos finales del Camino de Santiago, genera que muchos peregrinos les digan que «quieren llegar», que «tienen prisa» y que vienen con «ansias».
En este sentido, durante la «demostración» de este miércoles, Europa Press ha comprobado a qué se refería Hugo con esta afirmación. «Déjanos acabar y después nos das publicidad», reclamaba un grupo de peregrinos mientras esta pareja de informadores intentaba desarrollar su trabajo.
Sin embargo, preguntados al respecto, otros visitantes han puesto en valor la labor de estos trabajadores, la cual han tachado de «necesaria», ya que han asegurado que Galicia «está masificada».