La comunidad musulmana afincada en Galicia lamenta que «no haya» cementerios para que puedan enterrarse por su rito y critican que los ayuntamientos «ni siquiera consultan» la posibilidad de crear un camposanto habilitado para ello.
Así lo declara a Europa Press, el presidente de la Fundación Araguaney, Ghaleb Jaber Ibrahim, que ha explicado que en este rito los cuerpos deben ser enterrados en contacto con la tierra, sin ningún tipo de ataúd.
Esta es una reivindicación histórica del colectivo y que en 2017 fue aprobada por el Parlamento de Galicia, pero en aquel momento no obtuvo resultados.
Con todo, en agosto del pasado año, la Xunta aprobó un decreto que ampara el enterramiento sin féretro por motivos de confesionalidad, algo vetado hasta ese momento en Galicia, lo que permite la realización de ritos como el musulmán o el judío.
El proceso es previa demanda y de conformidad con la entidad titular del cementerio en el que se vaya a inhumar el fallecido. Este paso conllevará una mayor aplicación del derecho a la libertad religiosa y la posibilidad de que estos creyentes no se vean obligados a irse fuera de la comunidad para realizar los enterramientos de sus fallecidos.
Aún así, Ghaleb Jaber lamenta que, tras ponerse en contacto con varios municipios, «nadie toma la iniciativa» para crear este tipo de camposantos y que muchos de los alcaldes «no se interesan».
ENTERRADOS EN OTRO TERRITORIO
En este sentido, explica que en zonas como Xinzo, Arteixo y Ribeira hay «mucha colonia musulmana» y cuando alguien fallece, continua, muchas veces realizan una recolecta para poder llevarlo a un territorio en el que pueda ser enterrado por el rito musulmán.
Uno de los principales puntos del país a los que los llevan es a Valencia y a Madrid, ya que allí disponen de este tipo de camposantos, o sino tienen que ser llevados a Marruecos.
«Es una cuestión de voluntad. Simplemente, un ayuntamiento tiene que colaborar para poder realizarlo y la comunidad estamos dispuestos a asumir algunos gastos», asegura.
Hace poco, ejemplifica, una persona que falleció en Santiago tuvo que ser trasladado a Valencia y la familia, si quiere visitarlo, tiene que desplazarse hasta allí. «Es de coña», remarca.
Por su parte, desde la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) no tiene registrada ninguna petición sobre ayuntamientos interesados para poder crear espacios en los que puedan ser enterrados por ese rito.