Un estudio del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS) — dependiente de la Universidade de Santiago de Compostela (USC)– señala a los lípidos en sangre como potenciales biomarcadores de la Covid persistente.
Este ensayo, liderado por la investigadora del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS) Rebeca García Fandiño y con Pablo F. Garrido como autor principal, supone «un avance en la comprensión de estas secuelas y abre la puerta a mejorar su tratamiento».
Los expertos analizaron el plasma de 147 pacientes con COVID persistente.
Según explican en un comunicado, utilizando técnicas de lipidómica, estudiaron un espectro de casi 400 lípidos polares distintos. A partir de ahí, recurrieron a técnicas avanzadas de minería de datos y aprendizaje automático para desarrollar modelos de clasificación precisos que distinguen entre pacientes sintomáticos y asintomáticos de COVID persistente.
El análisis reveló alteraciones específicas relacionadas con la inflamación y la respuesta inmunológica continua, «ofreciendo una nueva perspectiva sobre la naturaleza persistente del COVID».
Además, destacan que algunos de estos lípidos fueron identificados como potenciales biomarcadores, lo que permitiría llevar a cabo diagnósticos más precisos y desarrollar tratamientos específicos para esta enfermedad.
Apuntan también que el hallazgo, publicado recientemente en Journal of Infection and Public Health, ha sido posible gracias a la colaboración entre médicos e investigadores de distintos perfiles.
El proyecto ha reunido a expertos del CiQUS, la Facultad de Física de la Universidade de Santiago de Compostela, el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), la Universidad de Córdoba y la Universidad del País Vasco.
«Esta investigación complementa los hallazgos recientes en el campo de la proteómica, donde se ha relacionado al COVID persistente con alteraciones a nivel proteico». señala la Investigadora Principal del CiQUS.
Incide en que ambos enfoques, proteómico y lipidómico, son «fundamentales» para una comprensión integral de la enfermedad, «destacando la importancia de una visión multifacética en la investigación médica».
García Fandiño destaca que el presente trabajo «no sólo añade una pieza crucial al rompecabezas del COVID persistente, sino que también recalca la necesidad de explorar diversos caminos científicos para desentrañar los mecanismos detrás de las secuelas virales».
«Con estos avances, estamos un paso más cerca de desarrollar terapias más eficaces y personalizadas, mejorando así la calidad de vida de quienes enfrentan los efectos prolongados del COVID-19», ha asegurado.