El presidente de la Federación Nacional de Cofradías, Basilio Otero, descarta «de momento» que el sector realicen un paro, ya que supondría «empezar la casa por el tejado».
En una entrevista con la Radio Galega, que recoge Europa Press, el también patrón mayor de Burela y presidente de las cofradías de la provincia de Lugo explica que deben «hacer otras cosas antes de llegar al paro» y se debe empezar la casa «por los cimientos», si bien deja la puerta abierta a futuras protestas.
En un contexto de movilizaciones de ganaderos y agricultores por toda España, Otero expone que deben «poner encima de la mesa» y «consensuar» con ellos unas reivindicaciones.
El próximo 19 de febrero la Federación Nacional de Cofradías tiene previsto realizar un encuentro para evaluar la actual situación y, «a partir de ahí, se decidirá qué rumbo tomar».
«CUOTA IRRISORIA» DE ABADEJO Y RAYA
El pasado lunes, la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Pontevedra tachó de «burla al sector» y de «irresponsables» las resoluciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre la gestión de las posibilidades de captura de especies como el abadejo y la raya.
En la zona 9A, de Fisterra hacia el sur, para la raya mosaico, que dispondrá de una cuota de 25 toneladas en 2024, se establecieron unos topes de capturas accesorias de 10 kilos por barco al día para la modalidad de artes menores, aparte del cierre preventivo que impondrá la Secretaría General de Pesca entre los meses de marzo y noviembre de 2024.
En el caso del abadejo, se dispondrá de una cuota de 113,8 toneladas en 2024, y las capturas realizadas por artes menores no podrán superar los 5 kilos por barco al día.
Al respecto, en esta entrevista, Basilio Otero ha tildado de «cuota irrisoria al día de 5 kilos para artes menores o de 10 kilos para palangre». «Eso no nos sirve de nada», se ha quejado.
Otero asegura que trabajan con la Secretaría General de Pesca para «cambiar esa pesquería», con cupos «que sean por lo menos semanales» para una mayor «flexibilidad», lo que ve «un reflejo de medioambientalismo barato que está utilizando Europa».