Los trabajadores del servicio municipal de emergencias del municipio ourensano de O Carballiño denuncia «deficiencias», condiciones laborales «pésimas» y falta de inversión desde el año 2015. Aseguran sentirse «abandonados» por el gobierno municipal al que acusan de no convocar una mesa de negociación.
Así lo ha explicado el portavoz de los trabajadores, Jonathan Domínguez, que afirma que la villa no es un ayuntamiento rural pequeño, sino que supera los 14.000 habitantes y consta de un urbanismo «con numerosos edificios altos», factores que implican que «debe estar cubierto por un servicio exclusivo y operativo las 24 horas y los 365 días del año».
Domínguez denuncia que el ayuntamiento «desoye las reivindicaciones» y que no invierte en el servicio que se encuentra bajo mínimos, «lo que pone en riesgo a la población», ya que sin medios y equipamiento de protección no puede actuar.
En estos términos defiende que el ayuntamiento no puede considerar el parque de bomberos comarcal, que se encuentra en la villa, como el Parque de Bomberos de O Carballiño, sino que hay que recordar que atiende a 24 ayuntamientos, «algunos de ellos a casi una hora de trayecto como puede ser A Peroxa», una situación que hace que, si se produce una emergencia lejos del municipio y a la vez un incidente en O Carballiño, «este quedaría desprotegido, como ya ha pasado en alguna ocasión».
Además subraya que la situación ha ido a peor en los últimos tiempos con los bomberos comarcales en huelga, lo que hace que aún haya menos medios.
«La situación es tan grave que carecemos de equipamiento de protección individual, lo que pone en riesgo nuestras vidas en actuaciones como pueden ser los rescates o los incendios», ha explicado Domínguez. Pone de ejemplo que en un rescate de río, aunque no tenga mucha complejidad, no tienen ni trajes de aguas ni cuerdas.
Es por ello que solicitan la dotación de equipos de protección individual, formación para actuar con seguridad y protocolos compartidos de trabajo, así como medios nuevos para atender a las emergencias como el material de rescate en altura o río; equipos para accidente de tráfico y equipamientos sanitario y de intervención en incendios o emergencias por climatología adversa. Denuncian además que actualmente tienen instrumentos que están caducados u obsoletos como diferentes trajes caducados desde el 2015, «lo que produce una falsa sensación de seguridad».
Además, exigen la convocatoria de un proceso selectivo para cubrir las 20 plazas y tener una bolsa para cubrir posibles bajas.
En la actualidad, de las 20 plazas tan solo hay 14 cubiertas, dos de ellas en bajas de larga duración, por lo que 12 los trabajadores disponibles.
Sus reivindicaciones van más allá y piden que ascienda su categoría de peón de emergencias a bombero, un cambio que consideran que «sería tan fácil como cambiar el nombre en una RPT» y que «no tendría ningún coste», pero sí supondría mejoras tanto salariales como laborales para los trabajadores, que cobran el salario mínimo interprofesional y piden el reconocimiento de pluses de nocturnidad, peligrosidad y turnos.
«Ya hacemos muchas de sus funciones, acudimos a incendios y emergencias y accidentes de tráfico como fue hace escasas semanas uno grave en la zona de o Paraño, donde hubo que excarcelar a la conductora. Pero también hacemos otras funciones como limpiar hojas de las calles, reparar fuentes o incluso cargar y descargar material para obras de teatro. Queremos una regulación de las funciones para evitar hacer trabajos que no se correspondan con el servicio de emergencias», ha manifestado el portavoz del servicio, que reconoce que en su contrato laboral aparece la obligatoriedad de varias de esas labores como «hacer limpieza y mantenimiento de vías públicas».
Lamentan que por parte del ayuntamiento la respuesta «no ha sido eficaz» porque lo que ha hecho hasta ahora «es llamar a algunos representantes sindicales a alguna reunión, pero no convocada formal con un orden del día», así que creen que «realmente da largas».
Recriminan que «hace más de un año» que se pidió a través de la central sindical una mesa de negociación por la que siguen esperando.