La Consellería de Cultura, Educación, FP e Universidades ha continuado este martes con las asociaciones de padres y madres (ANPA, por sus siglas en gallego) su ronda de consultas para ampliar, previsiblemente después de las vacaciones de Navidad, la restricción del uso de los móviles en los centros y que tampoco se puedan emplear en ámbitos como comedores, recreos y excursiones, entre otros.
Con todo, los representantes de las principales federaciones de las ANPA gallegas, consultados por Europa Press, insisten en que no ha habido acuerdo en este encuentro, que se ha celebrado en formato telemático, porque no les gustan las prohibiciones.
Así, en contraposición con los directores de los colegios e institutos, con los que la Xunta se reunía este lunes, los representantes de las familias han trasladado a la Consellería que prefieren «incidir en la formación» y considerar estos dispositivos «como una herramienta».
La presidenta de la Confederación de Anpas Galegas, Isabel Calvete, saluda la intención de la Administración de «dialogar» sobre esta cuestión y aboga por «buscar puntos de encuentro». Con todo, defiende que ya hay una orden autonómica del año 2015 sobre este asunto y que, si bien coinciden en avanzar sobre ella, no debe ser a golpe de prohibiciones.
«Hay que considerar el móvil como una herramienta y que los alumnos tengan toda la formación necesaria para hacer un buen uso, tanto académico como en la vida cotidiana», recalca, consicente de que son tecnologías a las que hay que «adaptarse».
La responsable de Anpas Galegas subraya que a las familias «les preocupa, sobre todo, la falta de formación» sobre los beneficios y los peligros de estos dispositivos. Aun así, Calvete señala que «toda la sociedad» tiene «cierta responsabilidad» en este debate y rechaza culpar tanto a la administración como a los colegios.
Por su parte, el presidente de la Confederación Galega de ANPA de Centros Públicos (Confapa), Rogelio Carballo, cree que si la prohibición se aprueba finalmente, será «un fracaso colectivo, de todos» en la comunidad educativa. Considera que es «una irresponsabilidad dar carta de naturaleza a criterios negacionistas» y a un «debate artificial» promovido por unas familias a través de una recogida de firmas ‘online’, sin «ningún criterio científico».
Carballo admite que cabe un «debate muy extenso y amplio», pero coincide con la responsables de Anpas Galegas en que prefieren «educar a prohibir». Así, asegura que el móvil «es un instrumento de digitalización» y, bien empleado, «amplía competencias en todos los ámbitos».
Por esto mismo, y porque las familias «no tienen capacidad» para formar a los menores en la misma medida que los colegios e institutos, apuesta por que sea el propio sistema educativo el que enseñe «un uso responsable, útil y productivo» de los dispositivos.
No en vano, el presidente de Confapa ha aprovechado para trasladar el malestar de las ANPA gallegas con el procedimiento escogido por la Xunta, porque las consultas de esta semana llegan «sobre un anuncio ya hecho» el pasado jueves por el presidente gallego, Alfonso Rueda.