Hosteleros del municipio pontevedrés de Caldas han apuntado a las mochilas de los peregrinos y al transporte colectivo de las mismas como principal forma de transmisión de las chinches a lo largo del Camino de Santiago.
Así, la gerente del albergue Albor, Yolanda Rey, ha explicado a Europa Press que este año los peregrinos están haciendo más uso del servicio del transporte de mochilas, por lo que si hay una mochila que las contiene, al ir todas juntas, «automáticamente se hace ese contagio».
A renglón seguido, ha puntualizado en que estos insectos «no se pueden erradicar», pero que «se deben controlar». De esta forma, cuando un peregrino le avisa de que vio una chinche utiliza ozono, saca todos los elementos textiles donde se puedan esconder y usa un insecticida, además, esa habitación queda inutilizada hasta acabar con el problema.
Otro de los hosteleros de Caldas, el propietario del albergue La Posada Doña Urraca, Jesús Fariña, ha coincidido en las palabras de Rey y ha afirmado que chinches en el Camino «siempre hubo» y ha incidido en que aunque este año «fue más acusado, no es una plaga».
En lo que respecta a los peregrinos, Fariña ha señalado que creen que deben de tener más conciencia sobre donde dejan las mochilas a lo largo de su recorrido.
Por su parte, el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey, ha señalado que «se está magnificando una situación» que ni en el Ayuntamiento, ni en la Policía Local «no hay» ninguna denuncia.
Con todo, ha recordado que hace unos meses cerró un albergue que tenía ese problema, pero actualmente los locales hoteleros de la localidad «tienen todo a pleno rendimiento» y «no tienen nada».
Finalmente, ha puntualizado que si fuese una plaga no solo afectaría a los albergues sino que también a los domicilios de los vecinos y ha recalcado que «no hay» ninguna denuncia sobre esto.