Las despariciones de personas en Galicia han aumentado un 45% en doce años al pasar de 743 en 2008 a las 1.109 registradas en 2022, una tendencia que el Gobierno gallego considera fruto del envejecimiento de la población, la dispersión poblacional y el incremento de personas que viven solas; factores que hacen previsible que se acentúe en los próximos años.
Así lo ha indicado el director xeral de Emerxencias e Interior, Santiago Villanueva, en su respuesta a una pregunta formulada por la diputada del PP Ana Belén García Vidal durante la Comisión Institucional, celebrada este miércoles.
El responsable del Gobierno gallego ha advertido que el «drama social» de las desapariciones «irá a más», pues las circunstancias que están detrás del aumento de las cifras se mantendrán e, incluso, se agudizarán por el envejecimiento poblacional y los efectos de enfermedades como el alzheimer.
De este modo, en 2022 fue necesario activar protocolos para tratar de dar con el paradero de 1.109 personas, 336 que 13 años atrás. Tres de cada cuatro alertas recibidas desde 2018 fueron por personas de más de 60 años.
Santiago Villanueva ha destacado que un importante número de las personas que fueron encontradas sin vida se encontran en un radio de 3 o 4 kilómetros de su casa o del lugar donde habían sido vistos por última vez y que las causas de la muerte se deben en muchos casos a hipotermias, golpes de calor o inanición.
Por ello, ha incidido en la importancia de continuar desarrollando el sistema de búsqueda de personas, que implica en la actualidad a las fuerzas del orden (Guardia Civil, Policía Nacional o policías locales), efectivos de emergencias (bomberos, protección civil o la propia Axencia Galega de Emerxencias) y a los vecinos de los lugares que se suma a las batidas.
NUEVAS TECNOLOGÍAS
El responsable de Emerxencias ha señalado que se está produciendo un «cambio de paradigma» en el modelo de búsqueda de personas con la incorporación de nuevas tecnologías, como el uso de drones que la Axega ha incorporado a sus efectivos desde 2015, y herramientas de geolocalización dotadas con mecanismos de inteligencia artificial.
Estos sistemas de geolocalización podrían aplicarse en el seguimiento a personas en situación de vulnerabilidad como, por ejemplo, mayores que vivan solos o pacientes de alzheimer para que, en caso de que abandone un determinado perímetro preseleccionado, se emita una alerta y, así, reducir el tiempo de reacción.
También se trabaja con la posibilidad de sumar a los operativos cámaras geotérmicas en los drones o la instalación en estas aeronaves no tripuladas de mecanismos de comunicación con relojes o pulseras capaces de transmitir la geolocalización de la persona que lo lleva.