Una delegación de la CIG-Ensino, encabezada por su secretario nacional, Suso Bermello, ha entregado este viernes en la Xunta un escrito dirigido al conselleiro de Cultura, Educación, FP e Universidades, Román Rodríguez, para reclamar la apertura inmediata de las negociaciones para recuperar el horario lectivo previo a 2011 y que se aplique ya el próximo curso, es decir, a partir de septiembre de 2023.
El objetivo de esta acción reivindicativa, que será previa a otras que llevará a cabo próximamente este sindicato, tal y como señala a Europa Press es que el próximo curso escolar se reviertan «los recortes» aplicados por los gobiernos de Alberto Núñez Feijóo en Galicia y Mariano Rajoy en el Estado.
En septiembre de 2011, el profesorado gallego vio aumentadas sus horas de clase de 21 a 25 en Educación Infantil, Primaria y Especial; y de 18 a 21 en Secundaria, Bachillerato y FP.
Así, la CIG ha registrado este escrito para que se empiece a negociar ya la vuelta al horario anterior. «En estos momentos, los gobiernos presididos por Rueda y Ayuso (Galicia y Madrid) son los únicos que no rebajaron el horario lectivo del profesorado, recuperando lo que tenían previamente», denuncia el sindicato en un comunicado.
La central nacionalista recuerda que lleva «más de una década» reclamando a la Xunta que vuelva a dar a los docentes «unas mejores condiciones laborales», lo cual pasa por poder dedicar «más tiempo» a la preparación de las clases.
El registro de este escrito dirigido al conselleiro llega después de que en la Mesa Sectorial del pasado 23 de mayo los representantes de Educación se mostrasen abiertos a negociar el próximo curso mejoras de condiciones para los docentes, entre las cuales «estaría incluida la cuestión del horario lectivo», según relata la CIG.
El sindicato lamenta que esta intención llega tarde no solo en comparación con el resto de autonomías, sino también para que se empiece a aplicar ya en el curso 2023/24, que arranca en septiembre. Mantener el horario, recalca la central, sería «insostenible» dada la «enorme complejidad que se vive en estos momentos en las aulas gallegas.
En este contexto, CIG-Ensino aprovecha para pedir que bajen las ratios entre alumnos y profesores, así como mejorar la atención a la diversidad y reducir la labor burocrática.