La Xunta aprobó la semana pasada, antes de lo habitual de todos los años, el plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (Pladiga) para este 2023, que contempla una nueva clasificación de los tipos de fuego en tres diferentes (A, B y C), con sus respectivos modos de atacar las llamas, junto con un «objetivo estadístico» de que la superficie arrasada sea inferior a 19.761,82 hectáreas.
Estas son algunas de las principales novedades de este documento que ya está publicado en la web de la Consellería do Medio Rural y que, tal y como avanzaba el presidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, constará de una inversión de casi 200 millones de euros y, en total, unos 7.000 efectivos propios y de otras administraciones como las locales y el Estado.
Son unos recursos que el director xeral de Defensa do Monte, Manuel Rodríguez, en declaraciones a Europa Press, asegura que «nunca van a ser suficientes», pero sí «equilibrados a lo que el país necesita». «Cuando no hay emergencias llegamos todos y cuando las hay, no sobramos ninguno», explica.
La Xunta reincorporará desde este miércoles, 3 de mayo, a casi un millar de trabajadores que ocupan plazas discontinuas de seis meses –hasta noviembre– del servicio de prevención y extinción (SPIF).
Se agruparán en dos colectivos: los vinculados directamente con la prevención y extinción que forman parte de las brigadas; y el personal con tareas de apoyo y logística. Trabajarán en la prevención, una tarea para la que la Xunta prevé casi 39 millones este año para actuar en unas 60.000 hectáreas y 5.600 kilómetros de pistas y otras vías.
En cuanto a medios materiales, el Pladiga 2023 se mantiene, salvo pequeñas variaciones, similar al del año pasado. De tal forma, recoge para cuando haya alto riesgo 18 medios aéreos de la Xunta –uno menos– y entre 8 y 9 del Estado –los mismos–.
El dispositivo sigue con los 179 medios terrestres de la Xunta –los mismos–, como motobombas y maquinaria pesada; si bien los aportados por los municipios y parques comarcales crecen hasta 203. Este año, la Administración autonómica comprará, al menos, otras 15 motobombas y 12 batracios.
«OBJETIVO ESTADÍSTICO»
Las primeras páginas del Pladiga 2023 recogen la cifra ‘objetivo’ de que no ardan más de 19.761,82 hectáreas, aunque lo ‘óptimo’ serían unas 16.700. «Es un tema estadístico. El objetivo siempre es las ‘cero hectáreas'», desliza el director xeral a este respecto.
Y es que se trata de un número que se obtiene haciendo la media de la superficie arrasada por el fuego en la última década, aunque eliminando el valor más alto, que se corresponde al 2017 (más de 62.000 ha), y el más bajo, el de 2014 (no llegaron a 2.000 ha).
Así, dado que el año pasado ardieron más de 51.600 hectáreas, las expectativas para este, tras los grandes incendios del pasado verano se rebajan hasta esa cifra de 19.761 hectáreas, pese a que el Pladiga 2022 eran poco más de 16.100.
Además, el documento de este 2023 recoge que el ‘objetivo’ es que cada incendio registrado queme una media de 9,1 hectáreas, aunque lo «óptimo» serían 7,40. En cuanto al tamaño, las expectativas pasan por que los fuegos de más de 25 hectáreas supongan menos del 2% del total, una proporción que en 2022 se situó sobre el 4%.
El actual Pladiga también confía en disminuir el número de incendios registrados, de nuevo con un «objetivo estadístico» de que sean 366. El director xeral de Defensa do Monte explica que el año pasado se redujo a 300 el total de incidencias, por debajo de las 406 que se esperaban, pero recuerda que ya «solo tres incendios» quemaron más de 10.000 hectáreas cada uno el pasado verano.
A este respecto, Manuel Rodríguez destaca que el año pasado se notificaron 1.713 fuegos forestales, «por debajo de la media», por lo que Galicia lleva encadenadas «cinco campañas por debajo de los 2.000».
CORTAFUEGOS Y QUEMAS CONTROLADAS
En materia de prevención, dentro de los casi 39 millones de euros que contempla el Pladiga entre medios propios y convenios con entidades locales, se prevé la creación de 2.250 cortafuegos y otras tantas de las conocidas como ‘franjas secundarias’ –en las proximidades de las viviendas–, entre otras actuaciones.
Asimismo, se contemplan quemas controladas o ‘prescritas’ por algo más de 2.100 hectáreas, de las que llevan hechas algo más de 700. El director xeral matiza que se harán «las que permita el tiempo», aunque confía en que «a lo largo de la primavera» se pueda incidir en esta labor, para luego retomarla ya en otoño.
Del mismo modo, se prevé el mantenimiento de 4.770 puntos de agua y la creación de 39 nuevos depósitos por más de 1,3 millones de euros.
TRIPLE CLASIFICACIÓN INCENDIOS
Una de las novedades de este Pladiga es la clasificación de los incendios en tres niveles (A, B, C), que llevan aparejados tres metodologías de ataque. «Es un paso mas de lo que iniciamos el año pasado para desarrollar el Semop (Sistema Estructural de Mando Operativo)», subraya el director xeral.
En el nivel A, con fuegos incipientes que se espera puedan ser controlados con los primeros medios, actuarán entre 5 y 7 equipos de trabajo bajo el mando de un director técnico, al que se podrán sumar fuerzas aéres con su respectivo jefe.
En el B, con incendios intermedios, se prevé una división de la superficie en hasta tres sectores con sus respectos mandos y una mayor complejidad del operativo.
Finalmente, si se prevé que la extinción de un fuego llevará más de 12 horas, se activará un nivel C que ya contempla la suma de más efectivos, así como de una unidad técnica de apoyo (UMA).
Además, se crearán unidades de directores de extinción –para fuegos con potencialidad de convertirse en grandes incendios forestales– y tres nuevas brigadas públicas helitransportadas en O Barco de Valdeorras, O Xurés (Muíños) y Queimadelos (Mondariz).
MÁS CÁMARAS Y 600 MÓVILES
Otra novedad del Pladiga 2023 tiene que ver con la tecnología. Así, dentro de la red de vigilancia fija, se incrementarán incrementan en cinco las cámaras disponibles, en dos nuevas localizaciones al sur de las provincias de Ourense y Pontevedra, con lo que se consigue la cifra de 153 unidades en 76 localizaciones.
Se trata, en palabras del director xeral, de «las medidas más eficaces» del dispositivo contra incendios en Galicia, porque permite una «reducción de los tiempos» de reacción. Cuando se produce una alerta, las cámaras permiten verificar su veracidad, ver la tipología del fuego y su dimensión. «En segundos, se mandan los primeros medios para su valoración», agrega Rodríguez.
En este contexto, también destaca como novedad la adquisición de unos 600 móviles de altas prestaciones –junto con baterías externas para que puedan durar toda la jornada– para técnicos forestales, agentes medioambientales y personal SPIF –de prevención–.
Estos terminales incluirán la última versión de la aplicación ‘XeoCode Lite’, que integra un mapa con datos sobre la topografía, la meteorología, la ubicación del fuego y cada uno de los recursos movilizados. «Es como un miniordenador que permite tener una visualización ‘in situ’ y en directo de los datos del fuego», resume Rodríguez.
MÁS PARROQUIAS DE ALTA ACTIVIDAD INCENDIARIA
En relación con las parroquias de alta actividad incendiaria, el Pladiga 2023 eleva el número de parroquias a 40, frente a las 35 del año pasado. La gran mayoría están en municipios de la provincia de Ourense (28), a la que siguen Pontevedra (6), A Coruña (5) y Lugo (1).
Otro de los puntos que figura en este documento es la elaboración del anteproyecto de la ley de lucha integral contra incendios. Aunque ya estaba contemplado en el Pladiga 2022, el de 2023 también tiene el objetivo de que se apruebe este año.