Un estudio liderado por científicos del Centro de Investigación Marina de la Universidad de Vigo (CIM-UVigo) ha constatado que la contaminación marina por microplásticos puede pertubar la maduración sexual del bacalao atlántico, según se publica en la revista Environmental Pollution.
María Fernández y Pablo Presa, del Laboratorio de Recursos Genéticos Marinos del CIM, han llevado a cabo este estudio, junto con investigadores del Instituto Noruego de Investigación Alimentaria y de las universidades Aarhus (Dinamarca) y Tromso (Noruega).
En esta investigación se evaluaron los efectos de la inclusión de microplásticos en la dieta sobre la fisiología reproductiva del bacalao y, aunque se determinó que a corto plazo no provocaría efectos biológicos, los perfiles de expresión génica observados sugieren que puede haber consecuencias a largo plazo (teniendo en cuenta el esperado aumento de este tipo de contaminación en los ambientes marinos).
La parte experimental del estudio se desarrolló entre junio de 2017 y mayo de 2018, cuando la investigadora principal, María Fernández, estaba realizando una estancia predoctoral en Noruega (en cuyas aguas se encuentran las poblaciones más grandes de bacalao). «Dividimos los reproductores de cría de bacalao en dos grupos, uno alimentado con pienso control, y otro con pienso que contenía un 1 % de microplásticos», ha explicado la científica de la UVigo.
El análisis posterior reveló que los niveles de esteroides sexuales aumentaron con el paso del tiempo, pero sin diferencia significativa entre los dos grupos. Pero al analizar los genes relacionados con la maduración sexual y reproducción, se vio que los niveles de expresión génica de dos encimas presentaban diferencias entre tratamientos. «Este puede ser un efecto directo de los microplásticos introducidos en la dieta, pero no se pueden descartar completamente los efectos de alteración endocrina de los aditivos plásticos potencialmente lixiviables», ha indicado la investigadora.