«Los sistemas de seguridad son para tontos y para malintencionados», ha afirmado el perito Antonio Puyol, quien realizó un informe para Abogacía del Estado, que representa a Adif en el juicio por el accidente del tren Alvia, que dejó 80 muertos y a 140 personas heridas en la curva de Angrois (Santiago) en julio de 2013.
Esta idea la ha trasladado durante el interrogatorio al que le sometía el abogado de la aseguradora de Renfe, QBE. En concreto, este letrado le ha preguntado por las «muchas consideraciones» que hace este experto sobre factor humano en su informe, con un capítulo que trata sobre esto.
«¿Tiene formación específica sobre factor humano?», le ha preguntado. «Pues no, no tengo formación específica. Pero sí que le voy a decir una cosa: lo que sí que hemos tenido siempre en cuenta es el factor humano en todos los sistemas de señalización», ha apuntado.
«Lo que hacemos es la corrección de los errores. Eso es lo que hace siempre el sistema de señalización y no es una formación de factor humano, sino exclusivamente la parte de seguridad, por la experiencia», ha explicado.
«SIEMPRE PONERME EN EL CASO PEOR»
Y ha profundizado para explicar esta idea: «Yo cuando empecé en los temas de señalización ferroviaria haciendo enclavamientos… Si me permite nosotros lo que hacíamos es protegernos de que el factor de circulación, el agente de la estación, cuando tiene que mover una aguja, que no pueda cometer un error», ha indicado.
Así, ha destacado que la pretensión es «que lo haga amparado con el sistema de seguridad que es el propio enclavamiento». «Entonces lo hacíamos de forma que lo llamábamos entre nosotros que los sistemas de seguridad son para tontos y para malintencionados:están protegidos para eso», ha subrayado.
«Ese es el factor humano que yo he tenido siempre en cuenta. Siempre ponerme en el caso peor yo, teniendo en cuenta la seguridad», ha ahondado.
Estas declaraciones chocan con sus afirmaciones previas a lo largo de toda la comparecencia sobre la actuación del maquinista que conducía aquel día el tren Alvia, Francisco Garzón.
TIEMPO PARA CORREGIR SU ERROR
Y es que Antonio Puyol ha atribuido a Garzón una «desatención prolongada» por la llamada que atendió del interventor y ha considerado que era «impensable» que se produjese.
Así, ha esgrimido que el sistema sí estaba preparado para un «lapsus» o una desatención más «corta», pero al ser prolongada, de acuerdo con esta tesis, tenía «tiempo» y «margen» para corregir su propio error.
De hecho, ha llegado a destacar que los maquinistas son profesionales «bien pagados» y ha apelado a su «pericia» y «sentido común».
Puyol dirige Airtren y cobró de Abogacía del Estado tanto para elaborar el informe como ahora, para actualizarlo y preparar su comparecencia. Entre los clientes de su empresa se encuentra precisamente Adif y uno de sus trabajadores participó en las labores de la unión temporal de empresas (UTE) para la línea en la que se registró el accidente.
COMO EN LAS CENTRALES NUCLEARES
La idea que ha introducido Puyol con la frase de «los sistemas de seguridad son para tontos», va en la línea de lo expresado en una sesión anterior del juicio por un ingeniero y estadístico experto en seguridad, Enrique Castillo Ron, quien afirmó que en las centrales nucleares el factor humano es un elemento «fundamental» que estudian los análisis de riesgos, algo que contrapuso al sistema ferroviario.
El exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte, está acusado precisamente en relación a una deficiente evaluación de riesgos y posterior mitigación de los mismos en la línea entre Ourense y Santiago, donde descarriló el Alvia.
¿LO ESTUDIÓ RENFE?
Al respecto de este extremo le ha cuestionado en el último interrogatorio el abogado del maquinista procesado. «¿Cómo se gestionó este caso?», le ha dicho, a lo que Puyol ha asegurado que «a través del estudio de sobrevelocidad que realiza Renfe».
Según el perito de Adif, «Renfe estudia el caso de sobrevelocidad y hace el análisis de riesgos correspondiente». «¿Está aportado?», le ha inquirido el letrado que ejerce la defensa de Garzón, subrayando que no le consta en el sumario. «No me extraña porque son muchos tomos, muchos papeles, pero está», ha asegurado el perito.