La comisión de investigación de accidentes ferroviarios (CIAF) descartó recomendar la colocación de balizas en los cambios significativos de velocidad, como pidió Renfe después del accidente de Medina del Campo de 2008, porque «no era tan fácil» instalarlas.
De estar presente esa baliza en la curva de Angrois, el accidente del tren Alvia de julio de 2013, en el que murieron 80 personas y 140 resultaron heridas, no se habría producido.
En el juicio por este siniestro ha declarado este miércoles quien era secretario de la CIAF a comienzos de 2008, Edmundo Parras, a día de hoy jubilado.
Según ha revelado, a preguntas del abogado del Estado, que representa a Adif, el pleno de la CIAF acordó «estar atento» tras el descarrilamiento en Medina, pero optó por reforzar la formación de maquinistas para evitar «problemas» técnicos con la ubicación de balizas.
Después de la tragedia de A Grandeira, donde el conductor debía pasar de 200 a 80 kilómetros por hora empezando a frenar antes de la limitación, tomando como referencia una señal en vía verde, sí se recomendaron y se instalaron balizas en los cambios significativos de velocidad. (Habrá ampliación)