La mañana del 22 de diciembre de 2022 será siempre recordada por los vecinos del coruñés barrio de Agra do Orzán como la jornada en la que la conocida calle Barcelona se llenó de cámaras, curiosos y algún que otro afortunado con el Gordo de la Lotería de Navidad, que ha dejado una lluvia de millones en distintos puntos de Galicia, aunque la inmensa mayoría han caído en la ciudad herculina y la localidad luguesa de A Fonsagrada.

«Nunca habíamos repartido ningún premio importante», ha reconocido Cristina García, responsable junto a su hermano José Luis de la Administración de Loterías número 27 de A Coruña, conocida como ‘La Diosa de la Fortuna’, que en sus 40 años de vida jamás había tenido la suerte de su cara en el tradicional sorteo navideño.

Una suerte que, como ha reconocido una visiblemente emocionada Cristina García, ha llegado toda de golpe. En total, esta administración ha vendido 450 décimos del 05.490. «Aquí siempre jugamos al cero. De hecho, el número de la casa también empezaba y terminaba por cero. Pero no escogimos el que tocó porque no había suficientes décimos para que pudiese tener toda la gente del barrio», ha señalado.

La mayor parte de los décimos tocados por la suerte han sido vendidos desde el restaurante ‘El Gaucho Díaz I’ de O Temple, en el Ayuntamiento de Cambre (A Coruña). Esta parrillada es un cliente habitual de ‘La Diosa de la Fortuna’ que repartió suerte entre sus clientes con unos 300 décimos premiados cada uno con 400.000 euros.

«Este cliente nunca nos pide una terminación concreta, siempre al azar. Es todo una casualidad», ha añadido la ‘lotera’ de la calle Barcelona, que reconoce que el número no era muy bienvenido entre su clientela por contar con dos ceros al principio y al final y terminar por «el abuelo», como se le conoce popularmente al número 90.

No fue así para Alfredo y Bárbara, dos cubanos residentes en Agra de Orzán que buscaban un décimo terminado en 90 porque a ella le gustaba ese número, sin que tuviese un significado especial que sí tenía para Asunción, también vecina del barrio y que escogió el 5.490 porque este año su marido, ya fallecido, hubiese cumplido esa edad.

Asunción ha sido una de las primeras agraciadas con el ‘Gordo’ que han ido a compartir sus alegría con los responsables de una administración que se ha llenado de cámaras y muchos curiosos que, sin haber resultado agraciados, no se han querido perder una mañana histórica en esta calle de la ciudad herculina, donde en la actualidad se aprecia mucha diversidad cultural.

Acompañada por su hijo, esta vecina de la zona, clienta habitual de una administración en la que juega habitualmente a la Quiniela o la Primitiva, reconoce que todavía no ha pensado en qué se gastará el premio. «Piso ya tengo y mi hijo, también. Así que no sé», ha señalado Asunción antes de emprender el camino de vuelta hacia su casa recibiendo las felicitaciones de sus vecinos.

EL PREMIO, REPARTIDO EN LA FAMILIA

«Salimos del trabajo ahora y vimos el número y le dije, oye, ese es el ’90’, míralo ahí». Así se dieron cuenta Alfredo a Bárbara, dos cubanos asentados en A Coruña desde hace siete años que regresaban de sus trabajos como camarero y limpiadora después de hacer unos recados y que se percataron del número cuando pasaron frente de la administración donde compraron el 5.490.

Abrazados a la vendedora que buscó para ellos explícitamente el número, ambos tienen claro qué van a hacer con los 400.000 euros de su boleto premiado. «Repartirlo con la familia. Yo tengo cuatro hijos, que están en Cuba, y ella tiene dos, que están aquí», señalan antes de recibir la ‘ducha’ de cava cortesía del responsable de una administración a la que acudieron para tener este 22 de diciembre un décimo terminado en 90. «Bendito viejito», han señalado.