El exdirector de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte, uno de los dos imputados por el accidente del tren Alvia ocurrido en la localidad santiaguesa de Angrois, ha apuntado al maquinista como responsable del accidente por la velocidad que llevaba y porque fue «hablando durante 100 segundos» con el interventor de Renfe por teléfono.
«Eso es lo impensable: hablar 100 segundos. Además, en una conversación de algo que va a ocurrir hora y media después. Eso no puede hacerlo, es que es ilegal hacerlo», ha esgrimido Cortabitarte, a responder a preguntas del fiscal Mario Piñeiro durante la tercera jornada del juicio por el siniestro que dejó 80 muertos y 145 heridos.
En su declaración como acusado, ha defendido que el maquinista, Francisco José Garzón, tenia la «habilitación» para circular en esa línea, igual que en el año 2013 «había 116 maquinistas habilitados» para ello. Además, ha aseverado que tenía que haber sido él quien adecuase la circulación del Alvia al cuadro de velocidades al pasar por la curva de A Grandeira, de la que ha negado que tuviese alguna «peculiaridad» con respecto a las otras 1.800 curvas que hay en el sistema ferroviario «con esas características».
Seguidamente, ha tachado de «impensable» que Garzón hablase durante «100 segundos» por teléfono con su interventor. El maquinista declaró la pasada semana que esto era obligatorio, pero este jueves el responsable de Adif ha insistido en que «es ilegal» y que le provocó «perder toda la situación» del convoy.
«Es impensable que alguien, en el sitio más importante de una línea como la entrada de una estación, A Grandeira, y la siguiente, Santiago, le esté diciendo al tren: ‘Oye, estoy bien’. Y, sin embargo, estoy distrayéndome, hablando por teléfono, engañando al tren diciendo ‘estoy atendiendo’, cuando no es así», ha relatado.
Esto fue lo que llevó a Garzón, según Cortabitarte, a «frenar a los 100 segundos». «Si hubiese frenado cuatro segundos antes, no estaríamos aquí (en el juicio). Estamos aquí por cuatro segundos», ha remachado.