Un agente de seguros ha aceptado 2 años de cárcel como autor de un delito continuado de falsedad en documento mercantil, en concurso medial con un delito continuado de estafa, tras engañar a una veintena de clientes y haber defraudado más de 141.000 euros, según el acuerdo de conformidad y la sentencia dictada este martes por la Sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.
Así, el tribunal ha destacado el agravante de haber estafado más de 50.000 euros y la circunstancia atenuante de la reparación parcial del daño, ya que el ahora condenado devolvió parte del dinero defraudado.
Por ello, las partes acordaron una pena de 2 años de cárcel, pese a que Fiscalía en su escrito de acusación solicitaba hasta 6 años de prisión. Aun así, el hombre podrá eludir el encierro si cumple con la responsabilidad civil de indemnizar a la compañía de seguros con más de 85.700 euros, que era la cantidad defraudada que todavía no abonó.
Para ello, hará pagos bimensuales de 6.000 euros hasta 2025. Además, tendrá que abonar una multa de 900 euros.
Según el Ministerio Fiscal, los hechos ocurrieron entre 2010 y 2018, cuando el acusado trabajaba como agente para una compañía aseguradora, realizando labores de mediación, captación de clientes y comercialización de productos de esta empresa.
Aprovechándose de sus conocimientos en este ámbito, el hombre consiguió engañar a más de una veintena de clientes, varios de las mismas familias, para persuadirlos de que contratasen diferentes productos, asegurándoles una rentabilidad mayor de la real, y facilitándoles informes falsos sobre la evolución de esas inversiones (para hacerles creer que estaban ganando más dinero del que ganaban).
En otras ocasiones, suscribía pólizas de seguro a nombre de sus clientes, falsificando sus firmas y sin la autorización de éstos. Asimismo, en algunos casos engañó a esas personas para que realizasen anticipos e ingresos en una cuenta bancaria que supuestamente era de la compañía aseguradora, cuando en realidad era suya, para apropiarse del dinero.
Al detectarse la diferencia entre la rentabilidad prometida y la rentabilidad real de los productos, la compañía aseguradora se veía obligada a reponer el dinero a sus clientes. En total, la empresa tuvo que ‘devolver’ 141.706 euros debido a la actuación del acusado.