Un vecino de la parroquia de Vilarente, en Abadín (Lugo), ha comenzado una huelga de hambre como protesta por la falta de agua que llevan sufriendo en su hogar desde hace once años. José Bonal se ha manifestado este martes por las calles del municipio lucense portando un cartel en el que llevaba escrito ‘AGUA’, exigiendo al alcalde que «se le asegure el suministro de este bien básico en su vivienda».
José Bonal ha optado por iniciar la huelga de hambre tras intentar encadenarse a las puertas del Ayuntamiento. La Guardia Civi acudió a la Casa consistorial para informarle de la «ilegalidad» del encadenamiento, a lo que el afectado ha respondido: «No pasa nada, no me encadeno, pero me voy a quedar aquí sin dormir, sin comer, hasta que se solucione».
Además, este lucense siente que ni él ni su familia cuentan con el apoyo que merece la situación. «No me siento respaldado por nadie. Ni por mis vecinos ni por las instituciones», lamenta. De hecho, a la manifestación, celebrada ayer en el concello de Abadín, tan solo acudió él. La imagen, que recorrió las redes sociales, fue objeto de mofa de varios internautas, situación que motivó al PSOE local a posicionarse.
Los socialistas del ayuntamiento se han hecho eco de la protesta de esta familia y piden respeto y comprensión ante «una situación muy difícil», ante la que acusan al PP de «inacción y desinterés ante los problemas vecinales».
Esta protesta llega después de «once años reclamando por la vía administrativa y poniendo denuncias», declara la esposa del manifestante, Gemma Sánchez. La traída más cercana no incluye la parte del barrio de Cabanela, en la que se sitúa su vivienda. Hay más casas afectadas, pero muchas de ellas tienen pozo propio y no sufren la misma escasez de agua.
TRAIDA ILEGAL
El matrimonio asegura que cuando empezaron «a reclamar se descurbió que la traída era ilegal, porque no está registrada en ningún lado», e incluso llegaron a recibir una multa de 500 euros de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil por hacer uso de ella.
En su defensa, el acalde de Abadín, el popular José Manuel Fernández Rancaño, alega que «la traída es de titularidad vecinal, no municipal, está en unos terrenos que son privados y por lo tanto el Ayuntamiento no puede actuar».
El problema, según el regidor, es que «no se renovó el registro de la traída cuando debía hacerse y, por lo tanto, pasó a ser competencia de la Confederación Hidrográfica».
Aclara que hace un mes el ejecutivo local solicitó el traspaso de la titularidad para poder actuar, pero «hasta que se resuelva no podemos hacer nada».