El derrumbe en el viaducto de la A-6 carece de «antecedentes» en la historia de la ingeniería civil española y pudo deberse a algún problema oculto en la estructura que habría pasado inadvertido en el proceso de revisión de la zona o que pudo desencadenarse como consecuencia de los trabajos de reparación que se desarrollan desde hace aproximadamente un año en este tramo que conecta Lugo y León.
Estas son las primeras conclusiones provisionales expuestas por el director general de Carreteras, Javier Herrero, que este miércoles ha ofrecido una rueda de prensa junto al delegado de la Gobierno en Galicia, José Miñones, en el centro de control de túneles de Pedrafita do Cebreiro (Lugo) después de visitar la zona del derrumbe, registrado a las 10,30 horas del pasado martes.
El colapso, que ha afectado a un tramo de unos 50 metros que permanece cerrado desde hace un año, se saldó sin heridos y motivará el corte de la circulación en el viaducto colindante por un período de tiempo indeterminado hasta que las condiciones de seguridad sean verificadas, según ha trasladado Miñones.
Por su parte, el responsable de Carreteras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha explicado que durante el pasado verano se decretó el cierre del viaducto después de que fueran detectados altos niveles de corrosión en el cableado de la infraestructura, cuya reparación es responsabilidad de una empresa gallega «de referencia a nivel internacional».
Así, ha defendido que la actuación de Gobierno y concesionaria han sido los correctos y que el colapso ha podido deberse a un vicio en la infraestructura que no había sido detectado hasta el momento o que se desencadenó a consecuencia de los trabajos. Con todo, ha pedido prudencia hasta conocer las causas de un suceso que, según Herrero, carece de antecedentes en la historia de la ingeniería civil de España.
De este modo, ha avanzado que se revisarán todos los elementos de la infraestructura, incluida las cimentaciones sobre las que se asientan todos los pilares del viaducto, además de proceder a tirar el vano del viaducto que está desplazado como consecuencia del derrumbe.