El curandero al que la madre de la acusada del crimen de la niña Desirée la llevo supuestamente para tratar sus pensamientos persecutorios ha explicado este miércoles que la mujer presentaba «un cuadro normal de falta de sueño y ansiedad», pero que nunca le habló de que oyese voces u otro tipo de cuestión de este tipo.
El hombre ha declarado en la Audiencia Provincial de Lugo en la tercera sesión del juicio por el asesinato de la pequeña, de siete años, ocurrido en mayo de 2019 en la vivienda en la que residía con su madre y su abuela en Muimenta (Lugo).
Según su relato, la acusada acudió «una o dos veces» a su consulta por «un cuadro normal de falta de sueño y ansiedad», algo que no consideró nada fuera de lo normal. De hecho, ha destacado, «la veía más o menos feliz» y «pendiente de la niña».
El curandero le recomendó que «hiciese deporte» y «fuese al balneario», así como «algunas técnicas de meditación». «No lo hizo, no le pareció de interés o cogería alguna otra terapia», ha destacado.
Por otra parte, también ha declarado la directora del colegio en el que estudiaba la menor, que ha explicado que no observó «ningún cambio» en la actitud de Desirée antes de los hechos y ha definido a la acusada como una madre «normal».
La directora sí ha explicado que, dos días antes del crimen, la niña no acudió a una excursión a la que estaba apuntada y, cuando llamó a su madre para preguntarle, ésta dijo que «no iba a ir porque le dolía la barriga».