Ninguno de los tres tripulantes de la planeadora ‘Rosa’, que volcó en las inmediaciones de la isla de Ons (Pontevedra) el 11 de febrero de 2020 –en un siniestro que se saldó con un fallecido–, llevaba chaleco salvavidas puesto. Además, la embarcación no tenía autorización para poder navegar más allá de una milla de la ría de Arousa, mientras que dos de los marineros ni siquiera estaban enrolados en esta lancha.
Así figura en el informe que ha publicado la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), que deja constancia de que el patrón y armador del barco, única persona que figuraba enrolada en el ‘Rosa’, rechazó hacer declaraciones a este organismo.
Según destaca la investigación, la planeadora «no estaba autorizada a trabajar como auxiliar de acuicultura», por lo que no se ha podido «constatar la actividad concreta que estaba desarrollando la embarcación el día del accidente», «ni por qué se encontraba fuera de su zona autorizada de navegación».
Así, la embarcación volcó debido a las malas condiciones meteorológicas existentes. Al respecto, se hace mención a que había «información objetiva que debería haber ayudado al patrón a tomar la decisión de no salir a navegar», dado aque había alerta de mar de fondo con oleaje de hasta 6 metros, lo que «superaba, con mucho, los límites de diseño de la embarcación».
En las conclusiones también se llama la atención sobre las características «inadecuadas para navegar en mar abierto» de esa planeadora, puesto que es de pequeño porte, no cuenta con balsa salvavidas y sin radiobaliza satelitaria. A esto se une que, a pesar de las malas condiciones del mar, ninguno de los tripulantes llevaba chaleco.
Dos de los tripulantes consiguieron alcanzar la costa a nado después de una hora. Tres días después del naufragio, el 14 de octubre, el marinero fallecido –hermano del patrón– fue localizado por buceadores en un operativo de búsqueda. La embarcación fue recuperada y remolcada a puerto.