La CIG denunciará a una empresa de seguridad por no tomar medidas contra un trabajador al que acusan de agredir a una compañera cuando se disponía a hacer el relevo de turno en el puesto de trabajo.
Según ha trasladado el sindicato, los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado día 20 de agosto en el campus que la Universidade de Vigo tiene en la ciudad de Ourense cuando una trabajadora de seguridad se disponía a cambiar de turno de vigilancia con el compañero.
El secretario comarcal, Anxo Pérez, ha tachado el suceso de «gravedad extrema» con «claros tintes machistas» apuntando que el varón «ya entró dando voces e insultando». «Forcejeó con la trabajadora e intentó atropellarla en reiteradas ocasiones, de hecho ellapresentó hematomas que están perfectamente documentados en los partes de lesiones tanto en el CHUO como en el Hospital del Carmen», ha explicado Pérez.
Además, ha expuesto que el trabajador «le arrebató» el teléfono móvil a la víctima y «con su propio teléfono grabó la escena mientras realizaba gestos obscenos».
Desde la CIG apuntan que en el momento del forcejeo se produjo una llamada con el supervisor, a quién la trabajadora le suplico auxilio «a grito pelado» pero «el supervisor no se preocupó». Con todo, conforme apunta el sindicato, se personaron seis policías nacionales en el lugar.
La central nacionalista se ha comprometido a ayudar a la trabajadora de manera legal y a denunciar la actitud de la empresa, a la que acusan de no tomar medidas y de «negar incluso por escrito lo sucedido» considerando que «no es acoso porque interpretan acoso como una acciónsistemática y no puntual».
Subrayan que incumplen el artículo 74 del convenio colectivo de las empresas de seguridad en el que se narra las diversas faltas de los trabajadores que pueden llegar al despido.
Además acusan a la compañía de «dilatar» cualquier tipo de acción con una burocracia «escandalosa», «cargando sobre la víctima el deber de dar todas las explicaciones» y no activar un protocolo de actuación. Así, critican que en ningún momento le han ofrecido apoyo psicológico y que tardó más de una semana en conseguir el parte de baja.
Para la CIG, la empresa «está encubriendo al trabajador» ya que señalan que la única medida que han tomado es trasladarles que «intentarán que no coincidan» cuando se incorporen la trabajadora y que «investigarán el percance».