Una repoblación «planificada», políticas de apoyo a las actividades económicas y la dotación de servicios son algunas de las propuestas que desde distintas entidades consultadas por Europa Press plantean para frenar la despoblación del rural. Sobre la vuelta de personas al mismo, apuestan por fomentar vivienda social y empleo, mientras limitan los casos de regreso, por la pandemia, al uso de viviendas como fin de semana.
Para recuperar población, el presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Alberto Varela, incide en la necesidad de impulsar estrategias basadas en la dinamización económica del rural «y en un acceso adecuado a los servicios para la población y las empresas». «Es indispensable mejorar el sistema de financiación e incluir los factores de dispersión y envejecimiento de la población».
«La repoblación tenemos que planificarla en torno a un proyecto que garantice su sostenibilidad», argumenta también tras apelar a la colaboración de Xunta y ayuntamientos. «Que tienen muchísimo que decir», incide sobre estos últimos. «La vuelta de la población al rural debe ser pensada y ordenada o podríamos destrozarlo», añade al exponer que este no debe perder su «esencia ni riqueza».
«Garantizar servicios de calidad, dotar de buenas infraestructuras a nuestros pueblos y eso debe incluir, por descontado, el despliegue total de las nuevas tecnologías y ofrecer perspectivas de empleabilidad», resume.
Y, para ello, considera que una de las medidas debe ser un cambio en el modelo de financiación estatal. «A día de hoy, los seis ayuntamientos de más de 500.000 habitantes, que representan al 18% de la población, perciben el 33% de la participación total todos los años». «Si mantenemos este modelo de reparto, es totalmente inviable que el rural pueda aspirar a ofrecer los servicios que se requieren».
RELEVO GENERACIONAL
Desde la Federación Rural Galega (Fruga), su presidente, Xurxo Álvarez, sostiene que para que estos municipios «vivan» deben promoverse actuaciones vinculadas a las actividades agrarias, ganaderas y forestales. «Para mantener las explotaciones y asegurar la continuidad de las mismas», señala en relación al relevo generacional.
Y eso, apostilla, «pasa por establecer mecanismos de precios dignos para lo que es preciso regular los contratos de compra-venta de la producción». A ello, suma políticas para incorporar gente al rural, con medidas que garanticen servicios. «Escuelas, transporte público, acceso a Internet…», cita como ejemplos.
Al hilo de ello, afirma que desde Fruga proponen potenciar los servicios sociales y la restauración de viviendas abandonadas para la compra o alquiler. «Existen casos de creación de viviendas sociales, pero están muy ligadas a ayuntamientos rurales cerca de ciudades, pero no existe un plan a nivel gallego».
«Las políticas de la Xunta con respeto al rural son de pura propaganda, el ejemplo más claro son las ‘Aldeas Modelo’, que en la práctica para lo único que sirven son para la limpieza de las fincas y aplicar la ley de incendios forestales». «Las políticas que se están empleando son lesivas con la puesta en marcha de la eucaliptización de las tierras y la plaga de los eólicos».
«Lo primordial es el apoyo las explotaciones, así como ayudar a todo tipo de actividades económicas o sociales», insiste. En este sentido, propone un banco de tierras para poner las existentes a producir y contar con «un instrumento financiero propio, un banco público, que ayude a los impulsos creativos».
Por otra parte, sostiene que no tienen «constancia» de que la gente esté volviendo al rural por efecto de la pandemia. «Estamos en el mismo escenario que cuando fue la crisis económica de 2008», afirma limitando más bien los casos a la recuperación de «alguna casa, pero orientada para el fin de semana».
PROPUESTA DE A VEIGA
En relación a ello, el alcalde de A Veiga (Ourense) –ayuntamiento premiado por la Xunta por su impulso a la demografía– explica que hace seis años iniciaron un proyecto transversal, que incluye desde rehabilitación de viviendas en régimen de alquiler –se ha hecho ya con 20 y el objetivo es hacer otras 40 en dos años– para atraer población.
«Esto implica crear puestos de trabajo en la construcción», cita el regidor, Juan Anta, que alude a otras iniciativas «como pago de autónomos en el primer año» a los que decidan trasladarse al municipio o las vinculadas a la natalidad.
También destaca las relacionadas con el turismo sostenible, relacionado con el reconocimiento del municipio como «uno de los mejores cielos del mundo» o la creación de una marca propia como la de «la miel o el haba» con apoyo a productores a través de instalaciones que aporta el ayuntamiento.
«De 2000 a 2016 perdimos el 33% de la población», apunta el alcalde. Aunque ahora están en 915 habitantes, cifra inferior a la de 2016, Anta remarca, al aludir a las medidas para frenar pérdida de población, que en el último año subieron «en más de 60 personas».
RECUPERAR TIERRAS ABANDONADAS
Mientras, desde la Consellería do Medio Rural explican que las actuaciones autonómicas tienen un carácter transversal a través de distintos departamentos y resaltan medidas como la Ley de Recuperación de la Tierra Agraria de Galicia, actualmente en trámite parlamentario. «Para poner en valor tierras en estado de abandono o infrautilización y devolverlas a la producción, con la consecuente generación de riqueza que nos ayudará a fijar población en el rural».
Para ello, incide en que se trabaja, de manera piloto, con instrumentos de movilización de tierras como las ‘Aldeas Modelo’, de las que hay declaradas casi una veintena. A ello suma los polígonos agroforestales, «que apuestan por la recuperación de grandes superficies de terreno o las agrupaciones de gestión conjunta» para parcelas de este tipo.
En cuanto a la incorporación de jóvenes a la actividad agraria, con ayudas a menores de 41 años, cita la incorporación de 3.800 en los últimos diez años. «Esto hizo posible, entre otras cosas, que en la actualidad una de cada diez explotaciones esté dirigida por jóvenes menores de 30 años».
Sin embargo, reconoce que fijar población en el rural y frenar abandono pasa también «por asegurar buenas infraestructuras y servicios de calidad». Al hilo de ello, reivindica el papel de los 24 Grupos de Desarrollo Rural, encargados de gestionar distintas iniciativas. Entre 2014 y 2020, recuerda, se aprobaron 1.151 proyectos «con los que se consiguieron consolidar 2.636 puestos y crear otros 778».
A su vez, la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda alude a los programas específicos del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) como la adquisición o rehabilitación de viviendas en ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes.
Mientras avanza que próximamente se pondrá a disposición de los municipios una nueva plataforma informática «que posibilitará el registro de núcleos rurales abandonados y su difusión para que los propietarios de inmuebles puedan contactar con gente interesada en su compra o alquiler para rehabilitarlos».