Los sindicatos del metal de Pontevedra han anunciado que suspenden las horas extraordinarias como una nueva «medida de presión» adoptada en el marco de las movilizaciones que iniciaron hace unos días con el fin de exigir una solución para su convenio colectivo.
Así, CC.OO., CIG y UGT han trasladado este jueves a los trabajadores «la prohibición de hacer horas extraordinarias», lo que han comunicado a través de una octavilla y en el transcurso de la concentración celebrada ante la empresa del presidente de Asime, en Valga (Pontevedra).
Esta protesta se enmarca en un calendario de movilizaciones convocadas conjuntamente por los sindicatos, después de que el 19 de febrero la patronal paralizase las negociaciones del convenio colectivo ante «la imposibilidad de llegar a acuerdos».
Dentro del calendario de acciones convocadas por la parte social, que no descarta ir a la huelga, el 24 de marzo los trabajadores llevarán a cabo una asamblea conjunta en la ciudad olívica en la que ya han adelantado que anunciarán «medidas más contundentes».
A través de estas movilizaciones, los sindicatos exigen «salarios dignos» y se oponen a «la precarización» del sector, a la entrada de las empresas de trabajo temporal, y a que se pague la indemnización de los temporales al final de contrato –actualmente se paga mes a mes–.
RUPTURA DE LAS NEGOCIACIONES
El principal escollo de la negociación de este convenio para 2020-2021, que los sindicatos y la patronal consideraban como «de transición», se vincula a los salarios. Así, la parte empresarial planteó un incremento del 0 % en 2020 y del 1,5 % en 2021, mientras que los sindicatos propusieron subidas del 1 % en 2020 y del 2 % en 2021.
En el transcurso de las negociaciones, la patronal manifestó su disposición a «mejorar» su oferta, siempre y cuando los sindicatos aceptasen otros dos puntos: la posibilidad de utilizar ETTs en aquellas empresas con al menos un 65% de contratación indefinida; así como hacer que la indemnización de contratos eventuales, que actualmente se paga mes a mes, se pague al finalizar el contrato.
Como respuesta, a principios de febrero los sindicatos advirtieron de que, si la patronal mantenía esa propuesta de «recortes» en el convenio de transición, reclamarían reiniciar las negociaciones y, en lugar de buscar acuerdo para puntos concretos, buscarían «un convenio normalizado» y negociado en su integridad.