El colectivo Aldeas Infantiles SOS ha alertado de que, según los últimos datos de 2019, 2.041 niños y adolescentes se encuentran al amparo del sistema de protección en Galicia, lo que supone un aumento del 7% respecto al 2018, cuando eran 1.901 los tutelados.
La agrupación se ha hecho eco en un comunicado de las estadísticas publicadas en el último Boletín de Datos Estadísticos de Medidas de Protección a la Infancia, del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, recoge, además, que en toda España hay 50.272 menores tutelados.
Por tipo de acogimiento, la modalidad ‘residencia’ se ha mantenido estable en 2019 con 888 menores –891 en 2018–. Los acogimientos familiares, por el contrario, se han reducido en un 14%, lo que ha supuesto pasar de los 1.117 menores que había en 2018 a 965 en 2019.
«Aunque ambas medidas de protección se encuentran bastante equilibradas, el acogimiento familiar es ligeramente superior, con un 52%», ha indicado Aldeas Infantiles SOS, que ha recalcado que «un 48% de estos niños viven aún en centros residenciales, lo que contrasta con lo estipulado en la Ley del Menor».
Esta norma indica que, ante la retirada de la tutela de un niño de sus padres, «la primera medida de cuidado alternativo recomendada es el acogimiento familiar y, si es posible, en familia extensa» –aquellas familias que tienen un vínculo de parentesco con el menor–.
APOYO A JÓVENES TUTELADOS QUE ENTRAN EN LA VIDA ADULTA
Ante este aumento de menores en el sistema de protección, Aldeas Infantiles SOS ha reclamado «una mayor inversión en las políticas de prevención con el fin de apoyar y fortalecer a las familias vulnerables y evitar así la separación de padres e hijos». «300.000 niños, 1 de cada 25, están en riesgo de perder el cuidado de sus padres en nuestro país», ha subrayado la asociación.
«Un mayor esfuerzo preventivo redundaría en el descenso del número de niños y niñas bajo la tutela de las Administraciones Públicas, supondría una reducción del gasto público y evitaría a los niños el trauma de la separación familiar», ha explicado el presidente de Aldeas Infantiles SOS, Pedro Puig.
El máximo responsable del colectivo ha señalado, además, «el proceso de transición a la vida adulta mucho más abrupto» al que se tienen que enfrentar los jóvenes que alcanzan la mayoría de edad en estas circunstancias y dejan de estar tutelados por el Estado. En este sentido, la entidad ha pedido que «se asuma la transición a la vida independiente como una fase más y se prorroguen los apoyos necesarios para la plena integración de los jóvenes en la sociedad».