El alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, ha admitido este martes que la situación de la covid-19 en el municipio es «extremadamente preocupante» y ha instado a los vecinos a «hacer un esfuerzo» en el cumplimiento de las medidas para bajar la incidencia.
Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, después de que el comité clínico de expertos que asesora a la Xunta determinarse medidas especiales para este municipio, junto con Viveiro y Xinzo, que pasan por el cierre total de la hostelería al público y la suspensión de actividades no esenciales.
Carlos Calvelo ha ejemplificado la situación de Arteixo recordando que, a 28 de diciembre, el municipio tenía 31 casos activos y unos 90 casos por 100.000 habitantes y, solo 20 días después, registra más de 460 casos y una incidencia cercana a los 1.400 casos a 14 días.
Por ello, ante este «incremento exponencial» de los datos, el comité clínico ha decidido elevar las restricciones, que el regidor ha instado a «acatar» para bajar los índices. «Es necesaria la concienciación a los vecinos para que extremen al máximo las medidas y eviten aglomeraciones», ha explicado.
El alcalde de Arteixo atribuye buena parte del incremento de casos desde el 28 de diciembre al «efecto de las Navidades» y confía en que el resultado de las medidas pueda verse en una o dos semanas.
Los contagios, ha explicado Carlos Calvelo, están «muy diseminados» por el municipio, aunque hay constancia de «unidades familiares con una cantidad importante de sus miembros contagiados» –hasta 15 en una misma familia, ha precisado–.
LOS COMERCIANTES LO VEN «UN MAZAZO»
Por su parte, los hosteleros y comerciantes de Arteixo han asegurado este martes que las nuevas medidas restrictivas son «un mazazo» para su actividad y han confiado en que «vengan acompañadas de ayudas por parte de la Administración.
A través de un comunicado, la dirección de Arteixo Centro Comercial Aberto explica que el cierre de la hostelería «supone un tercer parón para la economía local en menos de un año» y las medidas dificultan la continuación de muchos otros negocios. «Sobre el papel, no se cierran las tiendas, ni las peluquerías o las empresas de servicios turísticos, pero se reduce al máximo la posibilidad de que realicen su trabajo de forma viable», apunta la presidenta, Paula Díaz.
Por otra parte, destacan, «existe la incertidumbre permanente de no saber qué medidas se van a adoptar en un futuro inmediato», lo que les impide «realizar previsiones» a medio plazo.
El Arteixo CCA va a iniciar una ronda de contactos esta misma semana con todos los actores implicados en la actividad económica local para definir una estrategia colectiva encaminada a minimizar los daños. La directiva de la asociación reclama que las ayudas públicas no vayan dirigidas sólo a los establecimientos que se vean obligados a cerrar, sino a todos los negocios que, a pesar de seguir abiertos, vayan a sufrir una importante reducción de ingresos a raíz de las nuevas restricciones y la paralización de la vida social.