El papa Francisco ha remitido a la iglesia compostelana una misiva con motivo del inicio del Año Santo 2021 en la que ha animado a peregrinar para «salir del propio yo» y acercarse a la experiencia religiosa y al prójimo, así como a tomarse este proceso como una «llamada a la misión» para terminar el Camino «con la mochila vacía y el corazón lleno de experiencias».
En la carta, que ha sido leída momentos antes de la apertura de la Puerta Santa, el Sumo Pontífice hace una referencia al lema escogido para esta celebración, ‘Sal de tu tierra’, que aúna tanto una invitación a «salir de uno mismo» y entrar en contacto con el prójimo como a afrontar desde el Camino un proceso de conversión y evangelización de la palabra.
Así, Francisco ha animado a los peregrinos a que emprendan este viaje «al encuentro con Dios, con el otro y con nosotros mismos» con «la finalidad de llegar a los confines de la existencia, a ese ‘finis terrae’ que marca la tumba del Apóstol».
A mayores, el Papa recuerda que en esta «experiencia existencial», la meta «es tan importante como el camino mismo», algo para lo que retoma los versos en los que Antonio Machado advierte que ‘se hace camino al andar’. «En ese itinerario, la misericordia de Dios nos acompaña y, aunque permanezca la condición de debilidad por el pecado, esta es superada por el amor que permite mirar el futuro con esperanza», continúa Francisco.
UNIRSE AL PRÓJIMO
Además de un camino de introspección, el Papa insta a que la peregrinación sirva para «unirse a otros» y compartir la visión del prójimo, ya que «el Camino lo hacen los peregrinos todos los días, esperanzándose, apoyándose, compartiendo fatigas y logros».
Por ello, estima, aquellos que comienzan la ruta «cargados de cosas que pensaban que les serían útiles», la acabarán «con la mochila vacía y el corazón lleno de experiencias que han ido fraguando en contraste y en sintonía con las vidas de otros hermanos».
Paralelamente, anima a «caminar como discípulos misioneros», esto es, que la peregrinación a la tumba del Apóstol «se convierta en una llamada a la misión» y a la hermandad con todos los creyentes.
Para finalizar, el Papa hace referencia a tres elementos esenciales de la peregrinación compostelana tras atravesar la Puerta Santa, contemplar el Pórtico de la Gloria y, en él, la «mirada serena de Jesús», practicar el «emotivo abrazo al Apóstol peregrino» y participar en la eucaristía con el botafumeiro.