La Asociación de Piscólogos Clínicos del Sergas (APCS) ha alertado de la «necesidad urgente» de incorporar especialistas en Psicología Clínica ante el impacto de la covid-19 en la salud mental ya que, según han afirmado, se ha registrado «un aumento del malestar anímico, con síntomas ansioso-depresivos» desde que comenzó la pandemia.
La asociación, que ha destacado que el tratamiento de la salud mental en Galicia es «de pésima calidad», ha explicado que la situación de la atención psicológica es «aún más grave». «Los psicólogos especialistas en Galicia tenemos una de las ratios más bajas de toda España, unos tres psicólogos clínicos por 100.000 habitantes, y una prácticamente nula contratación y creación de nuevas plazas durante los últimos 20 años», ha destacado la asociación en un comunicado.
Esta escasez de psicólogos, han apuntado, es uno de los factores que ha influido en la gestión «insuficiente» de las consecuencias psicológicas de la covid-19.
Han afirmado que los pacientes tienen dificultades a la hora de acceder a la atención psicológica, además de enfrentarse a «esperas de más de seis meses» y a una presión asistencial que complica el seguimiento «adecuado» de todos los casos.
Además, han señalado que en 2020 aún existen unidades sin psicólogo clínico y que esta situación está incrementado el «abuso» de tratamientos farmacológicos y provocando una «patologización de problemas psicosociales».
Otro factor que para el grupo ha influido en el errático tratamiento de los problemas mentales derivados de la crisis del corovarirus, es la falta de una «organización propia». Los psicólogos clínicos han exigido la creación de «una estructura organizativa propia» dentro de los Complejos Hospitalarios, así como «estar representados» en los órganos de gestión.
Todo esto, han apuntado, se ha exacerbado con la llegada de la covid-19 y su impacto en la salud mental. La asociación ha achacado una falta de «organización, planificación e información» con respecto a las actuaciones llevadas a cabo en materia psicológica en este contexto de alarma sanitaria.
MEDIDAS EXCEPCIONALES ANTE UNA SITUACIÓN EXCEPCIONAL
El grupo ha destacado el incremento que la atención psicológica ha experimentado desde el inicio de la pandemia. Tal y como recoge un informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado mes de octubre, un 55% de los encuestados reconocieron haber solicitado ayuda especializada a un psicólogo.
«Se dice que las consecuencias psicológicas de la covid-19 aún estar por llegar según los cambios socioeconómicos que se puedan dar, pero lo que si sabemos es que durante estos meses ya se está notando un aumento del malestar anímico, de síntomas ansioso-depresivos», ha alertado la asociación, que ha insistido en la necesidad de «un refuerzo psicológico» en las unidades de salud mental para aportar respuestas «rápidas» a demandas «urgentes».
Los psicólogos clínicos del Sergas han demandado también una mayor coordinación con los dispositivos, tanto de Atención Primaria, como con los de ayuda a la población, entre los que han citado a Cruz Roja y al Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias (Gipce).
«Debe facilitarse que desde estos dispositivos se pueda derivar a la red de salud mental aquellos casos que lo necesiten sin tener que seguir los canales ordinarios y un tiempo de espera innecesario. Si estamos viviendo una situación excepcional, las medidas también tienen que ser excepcionales», ha reivindicado la asociación de psicólogos clínicos, que ha subrayado además la necesidad de programas específicos para poblaciones de riesgo.
Este grupo de profesionales ha destacado también la importancia de la atención psicológica en las UCI y en las plantas COVID no sólo a los pacientes, sino también a los propios sanitarios; servicios que, según han señalado, ahora mismo son «deficientes» y, en el caso de los sanitarios, en algunas áreas, «con intentos de reducir su accesibilidad a la ayuda psicológica».
Amparándose en lo vivido durante la crisis del 2008, la asociación ha pedido «previsión de futuro». «La crisis económica que se espera, la pérdida de puestos de trabajo y poder adquisitivo, y todo lo que eso conlleva, nos hace pensar que en los próximos meses los problemas psicológicos van a aumentar, así como la demanda de su atención y las listas de espera que, si ya son largas, aún lo serán más», han declarado.