Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, ha defendido este sábado en un escrito la importancia del cambio y de la innovación en el seno de la universidad, al tiempo que ha reivindicado la necesidad de colocar a las personas en el centro de este proceso, más allá de la reglamentación. «La universidad no cambia necesariamente por el establecimiento de leyes y decretos», apunta.
En un texto en su blog, el también principal impulsor de la universidad privada de Abanca con orientación empresarial, recuerda que «la experiencia ha demostrado» en los países ricos que «la abundancia de medios no garantiza la transformación permanente de la universidad». «La garantía está en las personas», dice, y en su «compromiso de cambio».
Del mismo modo, destaca, «la universidad no cambia necesariamente por el establecimiento de leyes y decretos», si no que, más bien, «casi siempre esas leyes son el auténtico freno al cambio, a la innovación, a la investigación».
Miguel Ángel Escotet lamenta como «muchas veces» se ha «separado el cambio en sí mismo» de las personas que «forman parte indivisible» de él, priorizando antes del factor humano cuestiones como «la organización, las estructuras, os costes o los diseños curriculares».
Por el contrario, para el presidente de Afundación, el cambio «debería estar en vanguardia», vinculado a las personas, y llevar a una universidad «con visión de largo alcance, incubadora de innovaciones e instigadora de creatividad». «Este tipo de universidad no necesitaría detener su marcha para reformarse, pues evaluación, reforma e innovación serían procesos naturales de su misma esencia», apostilla.
Finalmente, Escotet recuerda que el cambio «no es únicamente lo que se mueve» y se transforma, si no también «lo que permanece». «Hay veces que es más difícil mantener lo que debe quedar que hacer de ello un cambio», añade.