Unas 17.000 mujeres solicitaron en 2019 información o ayuda en alguno de los centros de información a la mujer (CIM) de titularidad municipal ubicados en la Comunidad.
Así se desprende de un estudio difundido este martes por la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), en el que se precisa que se trata del primer informe de análisis global sobre el sistema e asistencia a la mujer prestado por los municipios gallegos. La iniciativa surgió la raíz de las preocupaciones trasladadas por parte de la Asociación de Profesionales de los CIM (Asocim) al presidente de la Fegamp, Alberto Varela.
El informe, basado en los datos de 74 de los 82 CIM gallegos, desvela que en 2019 alrededor de 17.000 mujeres solicitaron algún tipo de información o ayuda en estos centros.
También constata que la distribución de los CIM es claramente desigual entre las provincias costeras y las de interior, de modo que la suma de los centros de las provincias de Lugo y Ourense no alcanzan la cifra de una sola de las provincias del litoral, con las dificultades de acceso que supone una gran dispersión.
Si bien la mayoría de los centros atiende a mujeres de municipios del entorno que no cuentan con este servicio, se detectan cinco comarcas en ‘la sombra’.
CALIDAD ASISTENCIAL
Una de las preocupaciones de la plantilla de estos centros es la calidad asistencial en los CIM más desbordados, ya que la ley no fija ratios de trabajadores en función de la demanda ni de los servicios prestados.
Así, tan sólo un 5 por ciento de los CIM cuentan con personal administrativo que alivie en las tareas burocráticas a quienes se encargan de la asesoría jurídica o psicológica o que evite interrupciones durante la atención a las usuarias por «tener que abrir la puerta o coger el teléfono».
Si bien sí se garantiza el mínimo de 10 horas de atención semanal exigidas por la ley para obtener la certificación, el personal a tiempo parcial no es una excepción.
FINANCIACIÓN
Según el estudio, la financiación tampoco responde a las necesidades reales; los fondos europeos gestionados por la Xunta de Galicia tienen un máximo de 45.000 euros, independientemente de los requerimientos, de forma que el CIM que más usuarias atiende (Vigo, 1.060 mujeres) recibe la misma cantidad que un centro con 250.
La forma de financiación de los CIMs varía considerablemente en función del tamaño del municipio; mientras que nos centros más pequeños el presupuesto depende más de las subvenciones, a medida que la demanda, las necesidades y los servicios prestados aumentan, los ayuntamientos se ven obligados a hacer un importante esfuerzo presupuestario, «llegando la aportar hasta el 88% de la financiación del centro».
DEMANDAS
La Fegamp incide en que sería deseable, en la medida de lo posible, que todas las mujeres «tengan garantizado el acceso a un CIM municipal y que este derecho no dependa de las posibilidades de los ayuntamientos».
Para eso, en base al análisis de los datos del estudio y a las inquietudes de los trabajadores, se apela al desarrollo de una estrategia autonómica que establezca criterios de localización y prestación servicios habida cuenta factores como la geografía, la densidad poblacional y las características sociodemográfricas.
Asimismo, también se aboga por mejorar la ley y el sistema de financiación estableciendo ratios que permitan aumentar la calidad asistencial.