La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) ha apostado por potenciar el acceso a recursos de ayuda o apoyo a víctimas de violencia de género para residentes en el rural, donde un 72,9% de las mujeres no interpuso una denuncia tras sufrir malos tratos, según un informe de la entidad.
En una rueda de prensa telemática celebrada este miércoles, la presidenta de Fademur Galicia, Rosa Arcos, ha presentado los resultados de un estudio elaborado por esta organización y encargado bajo el Pacto de Estado en materia de violencia de género.
En concreto, Rosa Arcos ha explicado que el informe se ha llevado a cabo entre 2018 y 2019 en municipios de menos de 20.000 habitantes de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y La Rioja para conocer la situación de la violencia de género en el ámbito rural y que ha sido el primero de estas características que se ha realizado.
Fademur realizó tres tipos de encuestas a mujeres residentes en el ámbito rural y profesionales que trabajan con víctimas de violencia de género, así como 23 entrevistas en profundidad a personas que habían sufrido esta clase de violencia.
De este modo, se ha observado que el 44% de las residentes en rural encuestadas, la mayor parte mujeres casadas de entre 40 y 59 años, asumen en solitario las tareas domésticas y que más de la mitad actúan del mismo modo con los cuidados. Aunque menos del 34% de estas personas definen con exactitud qué es la violencia de género, la mayoría reconocen el daño dentro de la pareja, por lo que Rosa Arcos ha concluido que se debe trabajar en la conceptualización para facilitar su detección.
TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
El informe también ha mostrado que, para las mujeres, los tipos de violencia machista más perceptibles son la psicológica (96%) y la física (92%), aunque también la económica y la relacionada con la incapacidad de percibir ayuda de la administración. También se han identificado otras «formas» de violencia contra las mujeres, como la realizada mediante las nuevas tecnologías.
Asimismo, ha señalado que el 60% de las mujeres encuestadas «conocen un caso de violencia de género cercano», unos datos «mucho más elevados» que los que muestran los procedimientos. Por ello, ha concluido que existen «un amplio número de casos» que no se plasman en denuncias o acciones penales y ha incidido en la necesidad de «ser capaces de acercarse» a esas víctimas.
La presidenta de Fademur Galicia también ha resaltado que el 56% de las encuestadas percibe el ámbito del hogar como el espacio en el que se produce la violencia de género, seguido por el entorno familiar y de amistad (35%) y el 061 y los centros de atención a la mujer como lugares en los que pedir ayuda.
El documento también ha mostrado que las mujeres residentes en municipios rurales valoran las campañas de prevención realizadas en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de género, pero que el 83% no se siente identificada con las mismas, por lo que Arcos ha destacado que «los mecanismos (articulados) no llegan de modo directo» a este colectivo.
El estudio ha evidenciado además un desconocimiento de mecanismos de apoyo a las víctimas, ya que el 54% de las mujeres no conoce sus derechos en procesos judiciales y el 50% desconoce tener derechos a prestaciones adicionales a la consignada para mujeres que han sufrido violencia machista. Esta situación conlleva, a juicio de la presidenta de Fademur Galicia, que, en ocasiones, no se ejecute la totalidad del presupuesto destinado a ayudas.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
Por su parte, las encuestas realizadas a profesionales que trabajan con víctimas de violencia de género ha evidenciado que el 64,5% de las atendidas tienen entre 30 y 50 años y ha alertado de una falta atención especializada para sus hijos.
Además, se ha resaltado la carencia de lugares acondicionados para atender a estas mujeres y la falta de accesibilidad de los disponibles, así como la presencia de «obstáculos» para la permanencia de las víctimas en el rural tras sufrir violencia de género.
La edad media de estas mujeres se sitúa en 42,4 años y la mayor parte de ellas se encuentran separadas o en proceso de separación y cuentan con personas a cargo, aunque solo el 40% están empleadas. Asimismo, el estudio ha resaltado que las víctimas permanecieron en relaciones de malos tratos una durante «una media de 20 años» antes de decidir detener esta situación.
Así, se ha identificado como «factor de riesgo» vivir «en entornos donde los modelos patriarcales están presentes», mientras el 80% de las mujeres observa «un machismo generalizado en el rural». Rosa Arcos ha apuntado que las víctimas ven una falta de «oportunidades para rehacer su vida» en el rural tras sufrir malos tratos y dificultades en el cumplimiento de las órdenes de alejamiento debido a la presencia de pocos recursos.
Ante esta situación, ha indicado que Fademur ha apostado por articular una atención integral a las víctimas y acciones de prevención y sensibilización. También ha remarcado la importancia de llevar a cabo acciones de investigación y campañas relacionadas con la lucha contra la violencia de género en el rural, así como de una mayor formación especializada y sobre los recursos disponibles para las mujeres que sufren malos tratos.
Para ello, la entidad ha puesto en marcha acciones concretas, como ‘Cultivando en igualdad’, y sesiones formativas en centros escolares, así como de concienciación sobre la necesidad de «acercar herramientas» al rural para luchar contra la violencia machista.