El Rey Felipe VI ha subrayado este jueves la «democracia consolidada y plena» que es España como activo para superar la crisis generada por la pandemia y ha aludido además a valores «que son de alcance universal pero que se plasmaron por vez primera en Europa y en América en las Constituciones, auténticos pactos entre ciudadanos».
«Nos referimos desde luego a la libertad y la igualdad, y también, por decirlo con la memorable fórmula clásica, a la fraternidad, a la que nosotros habitualmente hacemos referencia como la concordia», ha dicho en el ‘Foro La Toja’, en un momento de su discurso en el que hacía referencia a que la misión de la seguridad colectiva es precisamente defender unos valores y un modo de vida.
En un acto marcado en esta ocasión por la pandemia y en plena discusión política sobre la relación del Gobierno con el jefe de Estado, el Rey ha remarcado como fortalezas de España ante la crisis su democracia, su modernidad y su ciudadanía.
España, ha dicho, es «una sociedad avanzada que no se olvida de sus tradiciones, que goza de una lengua y una diversidad lingüística y cultural reconocidas en todo el planeta y que proyecta valores como la solidaridad, la seguridad y la tolerancia». Y ha añadido que esos valores no son «solo para épocas de bonanza, sino también de crisis» como la actual.
LA COHESIÓN SOCIAL NECESITA EQUIDAD
Democracia, modernidad y ciudadanía son, ha dicho, activos con los que cuenta España para salir de la actual crisis, para la que no hay «recetas mágicas». Eso sí, ha afirmado que la salida no debe verse como un «imposible regreso» a lo anterior sino como una «oportunidad de transformación sobre la base de economías verdes y digitales» y un impulso «inclusivo» porque «no se puede desarrollar una sociedad con valores y cohesión social si falta la equidad».
Felipe VI ha comenzado su intervención en gallego, para referirse al foro como lugar de diálogo para identificar retos comunes, y ha dirigido palabras en portugués, teniendo en cuenta que también está invitado el presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa.
En el auditorio estaban los expresidentes del Gobierno Felipe González y Mariano Rajoy, que intervienen el viernes en el Foro; la ministra de Industria Comercio y Turismo, Reyes Maroto y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que le ha expresado «cariño y admiración» por su persona y por la monarquía constitucional. Tras el discurso del Rey todo los asistentes se han puesto en pie y le han dedicado un largo aplauso.
Buena parte de sus palabras han estado dedicadas a la proyección internacional de España. «En todas las conversaciones entre Portugal y España el Atlántico será siempre un eje fundamental de nuestra proyección y nuestra forma de estar en el mundo», ha apuntado Felipe VI.
De hecho, ha remarcado que ambos países son «naciones europeas y americanas». «Sin América, tan presente en nuestra Historia, seríamos otra cosa, mucho menor sin duda», ha proseguido el Rey, añadiendo que con América ambas culturas «se ensanchan hasta hacerse universales».
«También se mezclan con otras, transformándose en culturas afines pero distintas, orgullosamente americanas, en un proceso de creación colectiva impulsado y propiciado históricamente», ha continuado Felipe VI, unas palabras pronunciadas justo un día después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmase que no descarta una disculpa de España por los agravios de la conquista.
El Rey ha recordado que el Atlántico es también, a través de la OTAN, una organización con la que España y Portugal están ambos comprometidos y que es el «espacio central» de la seguridad colectiva y que Europa y Norteamérica solo se sienten seguras si ambas lo están.
Y se ha referido al «proceso de reflexión» que la OTAN ha abierto para adaptarse a los nuevos desafíos de seguridad procedentes de actores estatales, no estatales o vinculados a pandemias, a efectos del cambio climático o a las nuevas realidades tecnológicas en el espacio y el ciberespacio.
SEGURIDAD E IDENTIDAD POLÍTICA
Además, ha dejado claro que la seguridad no es independiente de la «identidad política» porque su razón de ser es proteger los valores de la sociedad. Aquí ha mencionado los valores «clásicos» pero ha pedido tener en cuenta otros contemporáneos, como el respeto al medio ambiente y el derecho a la privacidad en el ámbito digital.
De este modo, ha pedido centrar esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y el uso racional de los recursos, porque tienen impacto en todos los ámbitos, desde la salud a la geoestrategia.
LA TECNOLOGÍA DEBE RESOLVER PROBLEMAS, NO CREAR EXCLUSIÓN
En la misma línea, ha recalcado que la tecnología debe estar orientada a «asegurar el bienestar de las personas y a solucionar problemas», no a crear desigualdad, «exclusión o un instrumento que pueda lesionar el derecho a la intimidad personal o familiar, o el de acceder a información veraz y contrastada.
Para salir de la crisis, ha señalado también que el «sector exterior está llamado a ser, nuevamente en esta ocasión, un potente y principal motor de crecimiento», al mismo tiempo que se atienden las «necesidades vitales urgentes» dentro de España.
También ha hecho mención al capital humano y empresarial, y al patrimonio histórico y cultural y por todo ello ha dicho que España «asume una responsabilidad en el diseño de la arquitectura internacional del futuro» para contribuir a superar la crisis apostando por el multilateralismo para que la sanidad, el medio ambiente o los flujos migratorios se gestionen siempre mirando el bien común.
«España, como Portugal, es un país europeo que reconoce la importancia de la integración para la estabilidad política y la prosperidad social y económica, que se proyecta de forma natural hacia el Mediterráneo y que, con Portugal, contribuye a articular en el Atlántico la gran familia iberoamericana, que hoy también sufre los efectos de la pandemia global», ha resumido.