La Universidade de Santiago de Compostela (USC) contabiliza 14 positivos por coronavirus y unas 40 personas en cuarentena entre estudiantes y trabajadores, aunque por el momento no ha sido necesario cerrar ningún aula dado que solo un caso fue detectado en sus instalaciones y el protocolo se activó con «normalidad».
Así lo han informado este lunes en rueda de prensa el rector y el gerente de la institución, Xabier Ferreira, quien además es el responsable de la gestión de la COVID-19. En este contexto, han dado el dato de que «más o menos el 25 por ciento» de los estudiantes se han incorporado a las aulas de forma presencial, un porcentaje que «va a tender a crecer», aunque «en cada centro hay una realidad distinta».
El curso 2020/21 comenzó en la USC el pasado lunes «con relativa normalidad» dentro «de la excepcionalidad de una pandemia», ha dicho López. Y es que las clases han tenido que arrancar en un escenario que «combina presencialidad y no presencialidad» y en el que la docencia sufrirá «un proceso adaptativo» en función de la situación epidemiológica.
Así, ha asegurado que las prestaciones ‘online’, herramientas como el Campus Virtual, están «funcionando con absoluta normalidad», ya que con carácter previo al inicio de la docencia se implantaron «las mejoras necesarias» para poner en marcha un servicio que ahora es «esencial».
Hasta el momento, la universidad compostelana contabiliza 14 casos positivos de COVID-19: 13 entre estudiantes y uno entre el personal docente investigador (PDI). De estos, «solo hubo un supuesto en que la persona (un alumno) fue diagnosticada porque apreció síntomas» en una de las instalaciones, según ha indicado el rector.
En este caso, tal y como establece el protocolo, el estudiante «pasó a aislamiento» en una sala del centro desde la cual siguió las instrucciones de las autoridades sanitarias, que le realizaron la preceptiva prueba, determinaron su positivo y se encargaron de rastrear a sus contactos cercanos. Sin embargo, este hecho no provocó el cierre de ningún aula, un supuesto que se daría si se detectan más de tres contagios.
A raíz de este episodio, Antonio López ha saludado que el protocolo aprobado «funcionó con normalidad» y «todavía no hubo ningún brote» en ninguna de las facultades. Con respecto a las 39 personas de las que tienen constancia que están en cuarentena, el rector ha asegurado que «algunas pueden ser por este caso, pero otros puede ser que no», sino que se deban a actividades fuera del ámbito universitario.
UNA OFICINA COVID
Desde el punto de vista organizativo, el máximo responsable de la institución ha abordado la creación de una «estructura interna» con el objetivo de «afrontar el reto de la pandemia». Entre otras cuestiones, ha mencionado una oficina de atención de cuestiones relativas a la COVID con «cuatro personas atendiendo al teléfono» entre las 8,00 de la mañana y las 22,00 de la noche. Según sus cifras, reciben «más de 100 llamadas diarias».
Asimismo, cada una de las instalaciones de la USC cuenta con personas delegadas que se responsabiliza de las medidas y de los protocolos anti contagios, un total de 87 personas; y la universidad se ha dotado de un «comité de gestión» con «especialistas» como médicos y biólogos que «dan el apoyo científico» a las decisiones tomadas.
UNA CAMPAÑA Y VOLUNTARIADO
Tras apelar a la «responsabilidad de todos los actores», Antonio López ha avanzado que pondrá en marcha en próximos días una campaña dirigida a la comunidad universitaria a través de redes sociales que, entre otras cuestiones, «tratará de promover un consumo responsable de la hostelería», que en la capital gallega todavía cuenta con restricciones derivadas de la pandemia. Será, en sus palabras, «una campaña muy directa, muy fresca, muy para llegar a la población joven y lejos de los cánones tradicionales».
A mayores, la USC pondrá en marcha «un programa de voluntariado» en el que ya se han inscrito «unos 200 alumnos» que recibirán formación para colaborar en las labores de comunicación y traslado de buenas prácticas al resto de la comunidad. «Entre estudiantes siempre es más fácil, porque hay una barrera menos», ha apostillado López.