Las tres universidades gallegas han abierto este lunes las puertas de sus campus para miles de alumnos «sin incidencias» y «con normalidad» dentro de «la anormalidad» que supone la pandemia de la COVID-19. Así, la obligatoriedad del uso de mascarillas y de guardar la distancia interpersonal, además de la semipresencialidad de la docencia, han sido las claves del arranque del curso 2020/21.
Y es que el principal objetivo de las tres instituciones académicas gallegas –Santiago, A Coruña y Vigo– es lograr la máxima asistencia posible a las clases, pero garantizando las condiciones de seguridad y el cumplimiento de las directrices sanitarias y de los protocolos de cada facultad.
La más antigua de ellas, la Universidade de Santiago de Compostela (USC), emitió recientemente una resolución en la que marcaba que la norma general del curso será la docencia presencial, aunque se combinará, en función de cada titulación y centro, con las soluciones telemáticas cuando no se puedan cumplir las distancias y en función de la evolución de la pandemia.
En declaraciones a Europa Press, su gerente, Xabier Ferreira, valora que «casi sorprendentemente» el arranque de la actividad ha transcurrido este lunes con la «normalidad singular» que permite el coronavirus, incluso en «facultades más densas», como puede ser la de Derecho.
«NINGUNA INCIDENCIA» EN SANTIAGO
«No ha habido ninguna incidencia, por lo menos esta mañana. Tanto Campus Norte, como Sur, como Historia están discurriendo con bastante normalidad», resume, si bien ha habido alumnos que no se han podido incorporar en el primer día por tener que guardar cuarentena y que lo han hecho de manera telemática.
Además, Ferreira reconoce que el nivel de asistencia a las aulas en este primer día ha sido «menor» que el de un curso normal, puesto que este lunes estaban convocados «fundamentalmente los de primero» de cada titulación. Para la semana que viene, el objetivo de la USC estará puesto en «alrededor del 50 por ciento» de presencialidad.
Los protocolos de la institución compostelana, en palabras de su gerente, buscan «fundamentalmente tres objetivos»: «Garantizar la seguridad de las personas, la rastreabilidad y que, en el eventual supuesto de que haya un caso, el impacto sea lo menor posible».
En caso de que un estudiante o un docente dé positivo en coronavirus, se estudiará «dónde estaba, con qué alumnos y con qué profesor» y, si hay que confinar a personas, «que sean el menor número».
«NORMALIDAD, DENTRO DE LA ANORMALIDAD»
En la Universidade da Coruña (UDC), explica a Europa Press su rector, Julio Abalde, el curso también ha arrancado «con normalidad, dentro de la anormalidad» que implica una crisis sanitaria.
En este sentido, tras haber realizado esta mañana una visita realizada al Campus de Elviña, reconoce que hay «menos alumnos que los que correspondería en un año normal», dado que «muchos» han iniciado las clases expositivas de forma «remota» y hay facultades que han planteado la vuelta a las aulas de forma «escalonada».
El protocolo de la universidad herculina, explica el rector, se ha elaborado «en base a las instrucciones y directrices» de las autoridades sanitarias, tanto a nivel estatal como autonómico, y ya se ha remitido a todos los 16.000 estudiantes y 2.500 trabajadores de la institución.
CONTACTOS DE UN POSITIVO «NO DEBEN ASISTIR»
De este modo, a aquellos alumnos y empleados que presenten síntomas o que hayan estado en contacto con un positivo de COVID, se les indica que «no deben asistir a los centros». «Esa gente se tiene que quedar en su domicilio y tiene que desarrollar la actividad con teleformación o teletrabajo», recomienda Abalde.
De hecho, el rector asegura que ya ha habido personas que «en días anteriores» al arranque del curso «comunicaban» que, por estas circunstancias, no podía asistir a las aulas.
A partir de ahora, en el caso de que un alumno dé positivo en coronavirus y haya estado en un centro, tendrá que indicar a la universidad «el momento en que asistió» a las instalaciones para, seguidamente, poder localizar a las personas con las que ha mantenido contacto para que se hagan las pruebas y se queden en sus casas, manteniendo la docencia de forma telemática.
La teleformación se realizará en la UDC a través de un nuevo ‘Moodel’ de uso obligatorio para todos los docentes, el sistema ‘Teams’ y una actualización de su ‘app’ para que sirva de canal de comunicación rápida entre cada centro con su alumnado.
UVIGO: UN CURSO «DIFERENTE»
En cuanto a la Universidade de Vigo (UVigo), este lunes ha completado el inicio del curso con la incorporación de los de 1º, si bien en las dos anteriores semanas ya había alumnos de 2º, 3º y 4º en sus centros. El rector, Manuel Reigosa, ha explicado que será un curso «diferente», al tiempo que ha destacado la «capacidad de adaptación» de la institución.
Su apuesta es «combinar la máxima presencialidad posible con un cuidado exquisito de la salud». En concreto, según datos de la propia universidad, la docencia presencial de alrededor de 20 grados y 30 másteres se combinará con un sistema mixto que alternará entre aulas e Internet. Para ello, la UVigo ha creado el ‘Campus Integra’, que permitirá esta alternancia, y ha puesto en funcionamiento el portado de teledocencia ‘Moovi’.
Además, se han implementado distintas soluciones para permitir el mantenimiento de la distancia de seguridad, como la ampliación de aulas y la instalación en cada asiento de un sistema ‘QR’ que permitirá el registro obligatorio de cada alumno para facilitar su localización en caso de detectarse un positivo. Cada centro tendrá un responsable COVID encargado del rastreo y del manejo de esta información.
Además, con el objetivo de «crear un entorno seguro y comenzar el curso con una foto fija» de la extensión del coronavirus entre la comunidad universitaria, la UVigo realizará a partir de esta semana casi 3.000 pruebas PCR al personal docente e investigador (PDI) y de administración y servicios (PAS), aparte de unas 200 pruebas aleatorias que se realizarán semanalmente y con preferencia en el alumnado.