La asociación animalista Libera propone la prohibición de la caza a 500 metros de zonas incendiadas de Ourense, a modo de «zonas de seguridad» para permitir a la fauna «reconquistar los montes afectados por las llamas de forma naturalizada y sin amenazas externas».
Los animalistas imitan así la ley de caza de Portugal, que fija en 500 los metros de distancia de seguridad en las cacerías, a diferencia de la normativa gallega, de tan solo 100 de viviendas, carreteras y colegios.
Los cálculos de los defensores de los animales sobre el número de especies afectadas, a razón de seis individuos por hectárea y con 9.000 hectáreas arrasadas, se elevan a 54.000 seres «desde reptiles, pasando a pequeños mamíferos, aves nidificadas sin habilidades de vuelo, zorros o jabalíes».

