Profesores –convocados por centrales sindicales– han rodeado este martes el edificio administrativo de la Xunta, en San Caetano, para protestar de nuevo contra el protocolo de la Consellería de Educación para el próximo curso escolar.
La movilización se ha realizado con una cacerolada y se han cantado consignas como ‘Ensino público presencial e con seguridade’. Los sindicatos han intentado entregar sus reivindicaciones en el registro de la Xunta en Santiago, pero se lo han impedido al no contar con cita previa, por lo que las presentarán de forma telemática.
En declaraciones a los medios en esta protesta en la capital de Galicia, el secretario nacional de CIG-Ensino, Xesús Bermello, ha mostrado el «estupor» por que la Xunta haya recomendado –no puede prohibirlo– que no haya grupos de más de 25 personas en reuniones privadas en Galicia, mientras en el protocolo educativo indica que «en todas las aulas del país podrá haber 26 personas» en Infantil y Primaria, con 25 alumnos y un maestro.
Pero avisa de que en ESO y Bachillerato «podrá haber 30 o 35 alumnos, «incumpliendo flagrantemente la recomendación de la OMS y el Ministerio de Sanidad que hablan de distanciamiento de metro y medio».
Bermello censura que la Xunta «pone unas condiciones para reuniones privadas que son mejores que las puede imponer legalmente para la educación en el curso que viene».
INICIO DE CURSO «CALIENTE»
Así, el responsable de CIG Ensino asegura que esta movilizaciones suponen la «antesala» de un inicio de curso «caliente» en septiembre, porque «no se puede ser cómplice de la temeridad e irresponsabilidad» de un Gobierno gallego que «abandona» al profesorado y «lo pone a los pies de los caballos».
Por su parte, la secretaria xeral de Ensino de CC.OO., Luz López, ha remarcado que «la prioridad es que se garantice el derecho a la enseñanza presencial» y «con garantías sanitarias», aunque lamenta que las funciones de este protocolo «dejan la función educativa en segundo o tercero lugar».
Luz López también se queja de que «no se establecen las bases» para que haya una enseñanza de calidad si a partir de septiembre vuelve a haber un confinamiento parcial o total.
A renglón seguido, el presidente del sindicato ANPE en Galicia, Julio Díaz, ha afeado que «no es de recibo» que la administración educativa «incumpla sus propias normas» en este protocolo, dado que las «medidas y distancias no se cumplen por ningún lado», tanto a nivel de instalaciones como de agrupaciones. Pide que se contemple la situación de alumnos y docentes de riesgo.
De tal forma, Díaz llama a contemplar los «desdobles» de aulas para una mejor atención, para lo que es necesaria una mayor contratación. Además, advierte de que los alumnos estarán «sin ningún tipo de protección» en las «aulas burbuja», al tiempo que acusa a la Xunta de «saltarse todas las normas» de la OMS.
En esta línea, Pilar Domínguez, de UGT, defiende que «la Xunta se tiene que implicar», «poner más profesorado y personal no docente para cumplir con todos los protocolos». Y es que alerta de que la labor docente va a quedar «muy reducida», porque se va a estar «más tiempo organizando al alumnado» que impartiendo clase.