El Consejo de Asuntos Económicos del Arzobispado de Santiago se ha reunido este martes para, entre otras cuestiones, examinar la modificación de las cuentas de este año 2020 a consecuencia de la situación derivada de la crisis de la COVID-19 que, calculan, supondrá una merma del 57% en las aportaciones de los fieles.
Durante la reunión, presidida por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, se han dado a conocer las cifras de liquidación del presupuesto correspondiente al ejercicio de 2019 y se ha examinado la modificación de las cuentas de este año 2020, derivada de la pandemia.
Así, en el informe presentado por el ecónomo diocesano, Fernando Barros, se hace hincapié en la necesidad de una «reformulación presupuestaria que permita ponderar adecuadamente la actuación económica en este convulso ejercicio económico».
Según las estimaciones iniciales, habrá una reducción del 17,06% del presupuesto, con un incremento «importante» de la necesidad de financiación, del 43,01%, lo que supone «volver a niveles del presupuesto diocesano de 2013», apuntan desde la Catedral.
En este sentido, se prevé una reducción del 31,28% de los ingresos ordinarios, con una «sensible merma» de las aportaciones de los fieles (un 57,33%); así como una reducción del 13,07% de gastos ordinarios. En contraposición, se estima un aumento del 9,14% del apartado de actividades asistenciales.