La conselleira de Educación, Universidade e Formación Profesional, Carmen Pomar, ha avanzado que tiene previsto reunirse con su homóloga en el Gobierno central, la ministra Isabel Celáa, a lo largo de este mes de febrero y que llevará a Madrid «los intereses» del sistema educativo gallego.
Entre estas prioridades, Pomar pedirá a Celáa que mantenga la «estabilidad normativa» en el sistema educativo y que se retomen los trabajos para alcanzar un Pacto de Estado por la Educación, además de buscar «fórmulas» para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso al sistema universitario en todo el territorio.
El titular de Educación solicitará, además, que se apruebe un nuevo modelo de acceso a la profesión docente «similar al MIR», que refuerce la formación inicial del profesorado.
Pomar también pedirá que se habilite «la financiación» para el sistema educativo gallego prevista en la iniciativa de mejora en las condiciones de desempeño de la docencia, como «paso previo» para tomar la decisión «más adecuada» sobre el horario de los profesores.
Precisamente, se trata de una de las cuestiones más demandadas por los sindicatos de profesores, que mantienen abierta una campaña de movilizaciones para recuperar el horario lectivo previo a la crisis.
Finalmente, la conselleira Pomar ha pedido que se otorguen los fondos «adecuados» para garantizar la equidad de todos los estudiantes y que se den pasos para la transferencia de las competencias en la gestión de las becas de ayudas al estudio.
GALICIA, «REFERENCIA»
Pomar se ha referido a este encuentro en respuesta a una pregunta parlamentaria del grupo popular sobre los resultados de Galicia en el informe PISA.
Así, la conselleira ha destacado que Galicia «puede servir de referencia a otras zonas del Estado» tras ver reforzada la «tendencia de mejora continua» tanto en la competencia científica como matemática pasando a la primera posición y a la quinta, respectivamente, entre todas las comunidades autónomas.
Asimismo, ha resaltado que el nivel de los estudiantes gallegos en estas competencias se sitúa en pie de igualdad con países como Estados Unidos, Alemania, Suecia o Finlandia, sobre todo en matemáticas, situándose «por encima de la media de España, de la Unión Europea y de la media de los países de la OCDE».