Germán Garcia-Ávila Arias se ha hecho con la alcaldía de Viana do Bolo al prosperar la moción de censura contra el popular Andrés Montesinos, presentada junto al BNG por la cual se establece un mandato rotatorio entre los partidos. En su toma de posesión ha prometido caminar hacia el «diálogo y entendimiento», y mantener «las puertas abiertas a las ideas».
Ante un salón de plenos abarrotado de vecinos y una amplia representación de socialistas de la provincia, García-Ávila ha levantado el bastón de mando visiblemente emocionado, subrayando que «no hay nada más importante que ser alcalde de Viana».
La moción de censura ha salido adelante con el ‘sí’ de seis ediles, tres del PSdeG y tres del BNG — entre los que se encuentra la futura alcaldesa, que asumirá el cargo a partir del 18 de agosto de 2026 –; frente al ‘no’ de cinco populares.
Ambos partidos han remarcado que la alcaldía del PP estaba en situación de minoría desde el comienzo de la legislatura. Y es que cabe destacar que Andrés Montesinos se convirtió en alcalde en 2022 tras una moción de censura en la que contó con el apoyo del grupo popular y los no adscritos, cargo que posteriormente fue revalidado en las urnas debido a que no se llegó a materializar el pacto entre PSOE y BNG.
UN MANDATO DE «PASOS PEQUEÑOS PERO FIRMES»
Tras jurar el cargo, Germán García-Ávila ha citado que «no le da miedo el poder, sino el silencio del pueblo», y ha asegurado que tanto el PSdeG como el BNG «no van a prometer nada que no puedan cumplir» y que realizarán «pasos pequeños, pero firmes».
El nuevo mandatario ha reconocido el «poco tiempo que tiene por delante», pero avanza su objetivo de mantener la localidad limpia y responder a las inquietudes de los vecinos. «Viana es el pueblo más bonito de Ourense, y vamos a tratar de que las calles estén parejas al paisaje», ha enfatizado.
Con una clara reivindicación del «diálogo», García-Ávila ha apelado a «no renunciar a las diferencias políticas» y a la creación de caminos de entendimiento, con la voluntad de mantener «las puertas abiertas» a los vecinos «sin importar los colores políticos», y a la propia oposición, de la que espera propuestas para «llegar a todos los rincones de la población». Asimismo, ha trasladado que tocará en la puerta de todas las Administraciones con «humildad», y que espera que por «lealtad institucional le escuchen».
En su discurso, ha defendido que este es el «acto más democrático que puede ocurrir» y ha reconocido el trabajo de los militantes socialistas, así como de la corporación municipal nacionalista gallega.
PLENO SIN INCIDENCIAS
La sesión extraordinaria empezó puntual, a las 12.00 horas del mediodía, y sin incidencias, con el salón dividido entre los vecinos que mostraban su apoyo al alcalde saliente y los que celebraban el cambio de gobierno, con García-Ávila a la cabeza.
El secretario municipal ha leído el documento de la moción, en la que ambos partidos denuncian las «deficiencias» en la gestión municipal, la «falta de transparencia», el «incumplimiento sistemático» de las responsabilidades básicas del gobierno municipal y la «incapacidad» del alcalde para proporcionar el liderazgo efectivo que requiere Viana do Bolo.
En esta línea, han señalado que la forma de comportarse del PP es «sectaria y autoritaria» y simula que tuviesen mayoría absoluta, por su total «falta de diálogo, concertación y consenso». Así, han citado el «caos presupuestario» y el «colapso de los servicios públicos esenciales» como es el Servizo de Axuda no Fogar (SAF).
También, se han referido a su «gestión económica irresponsable» con un «ingente volumen de fondos que se destinan a un gasto superfluo», y al «declive demográfico alarmante» que requiere de unas «políticas activas de revitalización», que el PP es «incapaz» de proporcionar.
«VIANA RECLAMABA UN CAMBIO DE RUMBO»
Por su parte, el nacionalista gallego Secundino Fernández ha afirmado que «Viana reclamaba un cambio de rumbo y exigía un nuevo gobierno» porque en las pasadas elecciones la oposición consiguió hacerse con seis concejales — tres del PSdeG y tres del BNG –.
Si bien el mandato conjunto no se pudo dar en 2023, ambas fuerzas políticas destacan que es el momento de «trabajar pensando en el futuro y dejar a un lado sus intereses» a través de esta alternancia pactada.
«El consenso tenía que haber llegado antes, pero estamos dispuestos a trabajar duro y revertir esta caída libre. Tenemos ideas y ganas y el BNG se compromete con Viana, sus vecinos y el PSdeG para caminar juntos», ha subrayado Fernández.
Asimismo, ha criticado duramente el mandato del PP, que a lo largo del último año ha demostrado una situación «dramática de descontrol presupuestario, caos organizativo, negligencia, opacidad, y el incumplimiento de acuerdos plenarios».
LOS INCENDIOS, EJE DE LA POLÉMICA
En su turno de palabra, Montesinos ha reprochado a la oposición que «mientras se quemaban decenas de hectáreas» ellos planeasen la moción. «Hay personas y grupos que solo pensaban sacar créditos para ellos mismos. No les importan que sus vecinos sufran en medio de la catástrofe, quieren desalojar a un gobierno honesto y trabajador», ha afeado.
A renglón seguido, ha asegurado que todo lo que promete el PSOE es «humo» y que la «ciudadanía merece estabilidad», por lo que se verá si el PSdeG y BNG «defienden el interés común o quieren protagonismo».
Entre palabras de agradecimiento a los vecinos por estos años de gobierno, Montesinos ha avanzado que las urnas juzgarán dentro de dos años, y que esto «no es una despedida, es un hasta pronto». «El pueblo no olvida, las voces ahogadas volverán con mas fuerza que nunca», ha concluido, rodeado de aplausos.
Ante esto, García-Ávila ha lamentado la apelación a los incendios porque asegura que «hicieron lo que se pudo en el momento» y no hay que «hacer publicidad de lo que hace cada uno».
En este sentido, ha señalado que el poder «se consigue sumando apoyos», como pasa en el Gobierno central y en otras comunidades, y es un sistema que nadie decide cambiar cuando llega al poder, «simplemente es malo para el que pierde».
Finalmente, ha propuesto una reflexión en contra del enfrentamiento de la clase política, y de la «lucha personal que roza el odio y es dañina para la ciudadanía». Por ello, ha reafirmado que buscará «encontrar el diálogo y el entendimiento».
Tras las intervenciones individuales, se ha procedido a la entrega del bastón de mando. García-Ávila le ha pedido al alcalde saliente que fuese él quien se lo entregase. «El bastón de mando no, el del diálogo», ha reivindicado, procediendo a abrazar al anterior regidor.