La dimisión del ya exconselleiro do Mar Alfonso Villares, por la investigación abierta por un supuesto delito de agresión sexual, ha vuelto al centro del debate en el Parlamento gallego durante la comparecencia en comisión del director xeral de Loita contra a Violencia de Xénero, Roberto Barba.
Los dos principales grupos de la oposición, BNG y PSdeG, han esgrimido de nuevo profundas críticas por el apoyo público que recibió Villares de distintos cargos de la Xunta, incluido el de su presidente, Alfonso Rueda, quien conoció la denuncia cuatro meses antes de la notificación de la investigación por parte del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). «Envía un mensaje demoledor a las mujeres», ha advertido la diputada del Bloque Noa Presas.
En este contexto, el PP ha contraatacado con los casos de corrupción que rodean al PSOE tras los audios de la UCO sobre Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García, así como en el BNG como «cómplice necesario» del Gobierno de Pedro Sánchez.
Nacionalistas y socialistas han reprochado a la Xunta la despedida que le brindaron a Villares al día siguiente de su dimisión. En concreto, durante la toma de posesión de la nueva conselleira, Marta Villaverde, «rodeado de aplausos» y de declaraciones del presidente con «deseos de recuperarlo para la vida pública».
«Vimos cómo se llevaban cuatro meses (desde que el exconselleiro le contó la denuncia a Rueda) usando medios de la Xunta sin que nadie hiciera nada», ha insistido la diputada del Bloque, quien también ha acusado al presidente autonómico de insinuar «que es una denuncia falsa».
Asimismo, Presas ha lamentado que en el último pleno el PP tumbase una propuesta del BNG que reclamaba a la Xunta un apoyo expreso y legal a la denunciante: «Quedará para la vergüenza de la historia de este Parlamento. No están a la altura de lo que exige este país, de las mujeres de este país ni de los avances feministas».
«APROVECHARON PARA GANAR TIEMPO»
En la misma línea se ha pronunciado la diputada del PSdeG Paloma Castro, quien también ha puesto el foco en que el propio director xeral contra a Violencia de Xénero aseguró en su momento que el comportamiento de Villares «era intachable» porque dimitió cuando tuvo constancia de la investigación por parte del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
Esto sirvió, en palabras de la socialista, para que pasaran «cuatro meses que se aprovecharon para ganar tiempo o a saber qué cosas más», ya que en ese período el exconselleiro «siguió con una agenda pública».
También se ha referido Castro a los abrazos que recibió en la toma de posesión de su sucesora: «Lo único que hizo fue trasladar a la ciudadanía gallega una imagen de protección al presunto agresor y de falta de credibilidad a la víctima que fue nefasto y arrastró a todo el Gobierno».
PP: «VILLARES TARDÓ 24 HORAS EN DIMITIR»
Enfrente, Raquel Arias, del PPdeG, ha ironizado con que las diputadas de la oposición acudieron al Parlamento «convertidas en juezas». Así, tras mostrar su «apoyo a todas las víctimas», ha destacado que Alfonso Villares «tardó 24 horas en dimitir» desde que tuvo la comunicación del TSXG de su investigación y eso «protegió» a la Xunta como institución al renunciar a su aforamiento.
De esta manera ha diferenciado la diputada popular la actuación del exconselleiro de lo ocurrido en Extremadura con el líder autonómico del PSOE, Miguel Ángel Gallardo, y su aforamiento en el que el Tribunal Superior de Justicia de dicha autonomía ve fraude de ley.
Además, Raquel Arias ha mencionado las «corruptelas políticas, económicas y sexuales» de Cerdán, Ábalos y Koldo García, junto con las investigaciones que afectan al entorno de Pedro Sánchez –su mujer y su hermano–. «Y ustedes son aquí los que vienen a hablar», ha esgrimido, al tiempo que ha asegurado que «el sanchismo deja absolutamente desprotegidas a las mujeres».
«FEMINISMO AMNÉSICO» DEL BNG
Sobre el BNG, Arias les ha acusado de ser «cómplice necesario» de estos casos y de tener un «feminismo amnésico» por casos como el miembro de su lista para las elecciones municipales de Coles (Ourense) que había sido condenado por abusar sexualmente de una niña en 1994.
La mención a este caso por la diputada del PP ha provocado que Presas (BNG) la acusase de «manipuladora, mentirosa y carroñera», porque su partido ya explicó que «desconocía absolutamente» esta condena.
Esto ha desencadenado un rifirrafe con la presidenta de la comisión, la popular Ethel Vázquez, al pedirle que respetase el «decoro parlamentario». «Yo aguanto en este Parlamento que se me diga ‘comando Barcelona’ día sí y día también», ha afeado, seguidamente, la nacionalista.
«EL ATESTADO POLICIAL NO TIENE NINGÚN VALOR»
Ante el afloramiento del ‘caso Villares’ en su comparecencia, el director xeral de Loita contra a Violencia de Xénero ha mostrado su «compromiso» con las víctimas durante los 15 años que ejerció como juez: «Nadie, absolutamente nadie, y menos en este Parlamento, puede decir lo contrario».
Así, Roberto Barba se ha reafirmado en sus palabras defendiendo que el exconselleiro no tenía que haber renunciado con la interposición de la denuncia en enero: «Tenía que esperar si esa denuncia era admitida a trámite o no. El atestado policial no tiene ningún valor, solo tiene valor en el momento en que sea ratificado por un juez».
Por tanto, el director xeral ha insistido en que el momento en el que se le notificó la denuncia era el «idóneo» para dimitir. También ha defendido la figura del aforamiento porque, si no, cualquier cargo político debería dimitir con una denuncia y la actividad de las instituciones «quedaría paralizada».