El presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, ha dado por zanjada la crisis en el PSOE de Lugo, después de que este martes tres de los diputados no asistiesen a la sesión plenaria y, por consiguiente, dejasen al gobierno en minoría, y a ha asegurado que «hay compromiso de todos» para que «no vuelva a pasar».
Tras una reunión de dos horas, celebrada en la tarde de este jueves, el presidente provincial ha comparecido ante los medios y ha calificado la sesión de «tranquila, de mucho debate y larga», en la que concluyeron que, «lo que pasó el otro día no tenía que haber pasado y no volverá a suceder».
Asistieron a esta reunión 9 de los 10 diputados socialistas, ya que Francisco Cajoto tenía esta misma tarde la asamblea para la renovación de la directiva local, en la que era el cabeza de lista, aunque se mantuvo en contacto. Una vez finalizada esta, fueron juntos a tomar algo mientras el presidente se encargaba de dar cuenta de lo tratado.
Tomé calificó la falta ausencia de los diputados como «una situación insólita» y recalcó que hay compromiso «de todos» para que esto «no vuelva a pasar», «porque los cargos públicos deben estar en las instituciones».
El presidente provincial defendió, en todo momento, que «la estabilidad institucional de la Diputación está garantizada» pero sí se disculpó con los militantes, aunque reconoció que el pleno, a pesar de la falta de los tres socialistas, «se desarrolló con total normalidad».
Los tres diputados que no asistieron al pleno del martes fueron los que encabezaron la lista alternativa a Tomé en las primarias, Iván Castro, Marisol Morandeira y José María Arias, aunque el presidente de la Diputación restó importancia a ese hecho «ya que no tiene que ver la Diputación con las primarias del partido». Afirmó que no habrá cambios en la ejecutiva provincial «pero que hay voluntad de que mejore la coordinación dentro del seno socialista».
Ya que no hubo comparecencia de los ausentes, el regidor provincial explicó que el fallo estuvo en «una percepción que tenían y que no comparte de falta de comunicación hacia ellos» por lo que se comprometieron a mejorar esas vías de comunicación entre ambas líneas ideológicas. Para ello, designó a la portavoz del partido, Pilar García Porto, como responsable de esta función.
José Tomé se comprometió a que el Gobierno provincial «continúe igual que hasta ahora», con los diez diputados del grupo socialista y con los tres del BNG. Además, aseguró que no habrá cambios en las atribuciones ni tampoco represalias por lo sucedido, «porque no se puede sancionar la primera vez».
A renglón seguido, Tomé reconoció que la finalización del contrato de la asesora que apoyó la lista de Iván Castro fue uno de los temas que se trató en la reunión, recordando que «cumplimos lo pactado el año pasado, ya que su contrato terminaba cuando finalizaba el mandato de la ejecutiva y así fue».
Tampoco faltaron las críticas al Partido Popular por su «comportamiento poco ejemplar» al no interesarse antes de acusar por saber lo que pasaba. También le acusó de «irresponsable» por votar en contra de la apertura de la residencia Becerreá, punto crucial de la sesión, y se comprometió a llevarlo de nuevo a la sesión de julio, «porque la residencia se va a abrir».