El presidente de la Xunta y líder del PP gallego, Alfonso Rueda, prevé acudir a la manifestación contra el Gobierno que dirige Pedro Sánchez que ha convocado en Madrid su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, bajo el lema «Mafia o democracia», para el próximo domingo 8 de junio.
Lo ha ratificado a preguntas de los medios en la comparecencia de prensa posterior al Consello de la Xunta, en la que ha aludido a las distintas informaciones que han trascendido en las últimas semanas, que afectan a Sánchez y a su entorno o a cargos socialistas, así como a la «falta de explicaciones» con el «ataque como único argumento».
También ha aludido a la «poca firmeza» a la hora de actuar frente a personas cuyas «actitudes», según la información que ha trascendido, son inadecuadas. «Creo que hay que reaccionar, lo lógico en mi opinión sería que esto acabase», ha reflexionado.
A renglón seguido, tocaría que el presidente del Gobierno, que tiene la facultad para hacerlo, pregunte a la ciudadanía «cuál es su opinión a través de unas elecciones».
«Mientras no las haya, lo que hay que hacer es responder en la calle y, por tanto, yo acudiré y espero que muchas personas, ha aseverado, al tiempo que ha dado a entender que comparte con su jefe de filas las duras calificaciones que ha dirigido al presidente del Gobierno.
En concreto, ha sido preguntado acerca de si comparte con Feijóo que Sánchez es «un capo» y que el Gobierno es «una magia». «Mire, desde luego, las prácticas que estamos viendo, las cosas que estamos sabiendo, la reacción que estamos viendo… hacen muy difícil pensar lo contrario», ha afirmado.
¿INTERLOCUTORES?
En esta coyuntura, preguntado acerca de si considera que el Gobierno, en las circunstancias actuales, todavía es «un interlocutor válido» para abordar asuntos que afectan a Galicia, Rueda ha respondido que él, como responsable máximo en la Xunta, no puede «tirar la toalla».
«Mi deber es intentarlo. Mientras este sea el Gobierno de mi país, mi obligación es intentar que los asuntos que importan a Galicia y que dependen de sus decisiones, en todo o en parte, sean solucionados», ha defendido, antes de reafirmar que, en todo caso, tiene la impresión de que ahora mismo es «muy difícil» hablar con los ministerios porque están «ocupados o preocupados por otros asuntos» que «nada» tienen que ver con las relaciones institucionales o los problemas de los ciudadanos.
«A día de hoy no hay con quien hablar en muchos ministerios, pero mi obligación es intentarlo. En la Conferencia de Presidentes del viernes tenemos una ocasión si es que se celebra como yo creo que se debería celebrar», ha concluido.