El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha endurecido este jueves su discurso respecto a la gestión de menores migrantes no acompañados, denunciando la «imposición» por parte del Gobierno central de un reparto sin la adecuada financiación ni planificación.
Durante un acto en Ares (A Coruña), al ser preguntado sobre la situación en Galicia, Rueda ha insistido en la voluntad solidaria de la Comunidad, pero ha advertido del riesgo de colapso si no se establecen mecanismos claros y con recursos garantizados.
Rueda ha criticado el término «reparto», calificándolo de una manera «generosa» de describir lo que considera un «trago» que se quiere «imponer» a Galicia.
Con todo, ha matizado que la Comunidad Autónoma nunca se ha negado a acoger a menores no acompañados, a diferencia de otras Comunidades donde este debate existe. «Tenemos que ser solidarios, pero lógicamente tenemos que pactar un número que pueden enviar precisamente para poder atenderlos», ha afirmado.
El presidente gallego ha asegurado que «ahora mismo en el sistema en Galicia, todos los menores que están dependiendo de la Xunta de Galicia están perfectamente atendidos». Sin embargo, ha advertido de que si se pretende aumentar el número de acogidas, debe realizarse de forma «planificada y con financiación» para poder garantizar una atención adecuada.
Rueda ha sido especialmente crítico con la comunicación y las propuestas del Gobierno central, señalando que se les ha comunicado la necesidad de admitir «de repente hasta 600» menores, cuando actualmente Galicia acoge algo menos de 300, sin recibir financiación específica ni información sobre cuándo llegarían los nuevos menores. «Bueno, esto no es serio, si quieren que esto no funcione es el mejor sitio para hacerlo», ha sentenciado.
Finalmente, el presidente de la Xunta ha reiterado la postura de su gobierno: «¿Acogimiento? Sí, pero con financiación y con planificación. Si no, no va a funcionar». Igualmente ha manifestado su incertidumbre sobre los objetivos del Gobierno central en esta materia, reafirmando: «En Galicia queremos que las cosas funcionen».