El que fuera ministro de Fomento durante el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, el gallego José Blanco, ha alertado este viernes sobre los peligros del populismo en democracia y ha reconocido la responsabilidad de los partidos tradicionales en su auge. «No siempre han cuidado el ecosistema institucional como debían», ha asegurado.
Así se ha expresado el político, ahora CEO de una consultora, en su intervención en la edición de 2025 del Foro Sargadelos, que hace 15 días inauguraba sus sesiones con el ex banquero Mario Conde en Ribadeo (Lugo).
Blanco ha instado a defender un «diálogo constructivo en un mundo cada vez más polarizado». «Es fundamental que sigamos fomentando la pluralidad y el respeto mutuo a través del intercambio de ideas y opiniones, enriquecemos así nuestras perspectivas y fortalecemos los valores democráticos que sostienen nuestro sistema político, económico y social, donde la diversidad de opiniones se puede convertir en una herramienta para avanzar y tender puentes, en lugar de derribarlos», ha aseverado.
Para el socialista, la democracia «no es solo un sistema político, sino un compromiso continuo con la participación, el respeto y el entendimiento mutuo». «Me gustaría que la vida política sirviera para construir y no para derribar. Me gustaría que la vida política estuviera presidida por razonar y no por gritar más», ha señalado.
Esto fue, ha comentado, lo que intentó defender en su etapa al frente del Ministerio de Fomento; lo que, en su opinión, presidió la época de la Transición, «ejemplar», una etapa de «reconciliación y concordia, de armonía y de progreso»; así como lo que dirigió también algunos de los Pactos de Estados más importantes de los últimos años como el alcanzado contra el terrorismo.
«Por lo tanto, para mí el diálogo es la piedra angular de la vida pública. Sin diálogo, a mi juicio, la política carece de sentido. Y en estos tiempos de parlamentos muy enfrentados es más necesario que nunca espacios de entendimiento, que no estén tan pensados en el titular del día siguiente, sino que estén mirados para poner las luces largas», ha comentado.
De esto ha puesto como ejemplo la reciente votación del Decreto Ómnibus. «Si todos estábamos de acuerdo con que había que revalorizar las pensiones, ¿por qué estamos dando este espectáculo y generando tanta incertidumbre a la gente que ha trabajado durante tanto tiempo?», se ha preguntado el ex ministro.
«SIN DIÁLOGO NO EXISTE DEMOCRACIA PLENA»
«Confrontar modelos es bueno, defender proyectos diferentes es la esencia de la democracia y presentar propuestas ideológicas es fundamental. Pero jamás esto puede ni debe suponer levantar muros y cavar trincheras partidistas. Si uno mira las democracias más plenas, se encontrará que las democracias más plenas es donde hay más diálogo», ha continuado, para aseverar: «sin diálogo no existe, en mi juicio, democracia plena».
José Blanco ha analizado también el contexto actual, marcado por un mundo «globalizado» e «inmediato» y entre corrientes populistas. «Los cambios en un país tienen repercusiones inmediatas en el resto del planeta. Solo hay que mirar a Estados Unidos para entender los vientos que soplan. La victoria de Donald Trump nos muestran cómo las políticas en ese país siguen siendo impredecibles y absolutamente polarizadas», ha indicado.
Para el socialista, lo que antes se consideraba una democracia «sólida y moderada», está viendo cómo se erigen «figuras cada vez más personalistas que abogan por un modelo populista que fomenta la concentración del poder y el interés de unos pocos en lugar de buscar el bienestar común».
Figuras, ha lamentado, que representan sistemas «basados en la testosterona, el calentón y la osadía». «Una visceralidad emocional malentendida que imposibilita el debate racional pausado, sosegado y de matices. En la vida las cosas casi nunca son blancas o negras (…). Se pone el foco en el que más grita, el más estridente o el que plantea la mayor barbaridad», ha señalado.
En esto influye además, ha apuntado, el aumento de la desinformación, «mentir sin tapujos, en algunos casos», «interviniendo directamente en procesos electorales». «Se ha convertido en una normalidad. La desinformación es una amenaza para la democracia y una herramienta peligrosa en manos de aquellos que buscan socavar la confianza en las instituciones y en la democracia liberal. Es imprescindible combatir las políticas que intentan desprestigiar las instituciones del Estado. Seguir defendiendo los intereses generales», ha animado.
«PARTIDOS TRADICIONALES NO SIEMPRE HAN CUIDADO EL ECOSISTEMA»
José Blanco también ha hecho parte de ‘autocrítica’ y ha reconocido que a este clima han podido contribuir los considerados partidos políticos tradicionales, que «no siempre han cuidado el ecosistema institucional con el rigor, el respeto y con el esmero que se exigía».
«Esto ha generado un caso de cultivo para una gran parte de la sociedad que ya no vota por el proyecto en el que cree y con el que se siente identificado, sino que vota para evitar que llegue el de enfrente o mantenga el poder. En este sentido, el equilibrio entre el poder público y la iniciativa privada es fundamental para garantizar la estabilidad democrática. Una democracia que no esté secuestrada por los intereses de unos pocos, sino que sea reflejo de las necesidades de todos», ha reflexionado.
En esta línea, ha asegurado que él no tiene el sentimiento, relativamente común, de que ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’ ni que «los políticos de antes eran mejores». «Si alguno lo tiene es por la soberbia intelectual en la que se ha instalado no le permite darse cuenta de que estamos en un mundo distinto», ha concluido.
DESEA «INTELIGENCIA Y EMPATÍA» AL PSDEG
Ya en el turno de cuestiones dirigidas por el público presente en la sala, y preguntado por su relación y valoración de las figuras de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, el ex ministro del PSOE ha evitado ‘mojarse’ y ha dirigido palabras de cariño y respeto para ambos, reconociendo al que fue presidente del Gobierno en 2004 como un gran amigo y un hombre capaz al que debe su carrera política, y al actual como un «referente de respeto a nivel internacional».
Otra de las preguntas que se le han dirigido ha versado sobre la situación actual del PSdeG, tanto respecto al reciente conflicto interno en el partido en Santiago de Compostela, como a la situación en la que ha quedado la formación tras las últimas elecciones autonómicas.
«Si tuviera que darle un consejo a Besteiro, y él me lo pidiera, nunca lo haría en público», ha zanjado, aunque sí ha apostillado que en política y democracia «todo es reversible y nada es definitivo», deseándole a los socialistas gallegos «la inteligencia y empatía necesarias» para revertir la situación actual.