En Marea se ha atribuído la responsabilidad de que el «bloque progresista» haya «ampliado» su victoria frente a la derecha en número de escaños obtenidos en Galicia en las elecciones generales del pasado domingo, a las que no se presentó el partido liderado por Luís Villares.
Este lunes, el propio Villares ha subrayado que la decisión de En Marea de no presentarse a la generales para «no contribuir a la fragmentación» de las opciones de izquierda fue «determinante» para que el bloque «progresista» lograse 13 diputados por las circunscripiciones gallegas (10 del PSOE, dos de En Común y uno del BNG) por los 10 obetenidos por el PP.
Villares ha expresado su satisfacción por este hecho pero ha reclamado a estos partidos que hagan «una reflexión» sobre el aumento de la abstención respecto a abril, lo que, para el magistrado lucense, refleja la existencia de «un descontento» entre la ciudadanía «con la oferta partidaria».
En este punto, ha apelado a la necesidad de articular un proyecto «unitario» con la vista puesta en las elecciones autonómicas previstas para 2020, una cita a la que sí quiere presentarse En Marea. «Que nadie piense que en solitario va a conseguir ser una alternativa al PP», ha subrayado Villares.
Así las cosas, ha hecho un llamamiento a la creación de «una candidatura progresista gallega» capaz de plasmar a nivel electoral, según Villares, una «mayoría» que «ya existe» entre la ciudadanía de Galicia.
ÁNALISIS DE LAS ELECCIONES
Villares ha reclamado la formación de un gobierno progresista en el Estado que «cierre de forma inequívocoa la puerta a una tercera convocatoria electoral». «Hay que preguntar a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias si les compensó la repetición. Desde En Marea creemos que no», ha añadido.
Para el magistrado en excedencia, el «avance de la extrema derecha es un castigo a la soberbia de aquellas fuerzas políticas que teniendo en su mano la conformación de un gobierno decidieron jugar al regate corto y al tacticismo».
Además, los resultados de la cita con las urnas «evidencian» que la plurinacionalidad del Estado español «es una realidad sociológica y electoral», por lo que «la gobernabilidad progresista pasa por el reconocimiento de esa realidad democrática».
