La Cámara gallega ha hecho un llamamiento a superar las barreras arquitectónicas en la inauguración de sus nuevos accesos, unas obras que incluyen la reordenación de los tráficos rodados en la entrada del centenario edificio por la calle del Hórreo.
El presidente del Legislativo gallego, Miguel Santalices, ha celebrado este acto de «profunda significación, no solo para el Parlamento, sino para el conjunto de la sociedad gallega», porque entiende que representa la «imperiosa necesidad de derrumbar las barreras que condicionan la plena inserción de las personas con cualquier tipo de discapacidad».
En su intervención, de la que ha informado el Pazo do Hórreo en un comunicado, ha hecho un llamamiento a las administraciones en general para ir siempre un paso por delante y dando ejemplo, con obras como la que este miércoles se ha puesto en servicio para superar definitivamente las barreras arquitectónicas que dificultaban, cuando no impedían, el acceso de las personas con discapacidad a la sede del Legislativo gallego.
Santalices ha explicado que la actuación arquitectónica en el centenario edificio dotado en 1915 abordó también la ordenación del tráfico rodado y peatonal, que hasta ahora compartían espacio en una rampa empinada y de firme irregular, y mejora la protección frente a las inclemencia meteorológicas para los grupos de las diferentes visitas guiadas del programa ‘Coñece as túas institucións’ que impulsa el Parlamento de Galicia.
El presidente del Legislativo gallego ha destacado del proyecto arquitectónico de reforma su luminosidad, funcionalidad y la integración en un contexto de contundente monumentalidad como el que conforma el Pazo do Hórreo.
La Cámara gallega ha destacado que la reforma surge de la necesidad de disponer de un espacio de recepción cubierto, previo al ingreso, especialmente para grupos, en el que se recogiesen los servicios de seguridad y control, así como el acceso al aparcamiento subterráneo, mejorando la accesibilidad y dotándolo de sistemas de eficiencia energética y aportación de renovables.
Para la mejora de la accesibilidad, las comunicaciones verticales se resuelven con ascensores mientras que las horizontales, tanto exteriores como interiores, son prácticamente planas.
El Pazo do Hórreo es un edificio centenario que entró en servicio en 1915 como escuela veterinaria, pero pronto cambiaría de uso, toda vez que en los años 20 del siglo pasado pasó a albergar un cuartel militar hasta que en 1986 la Xunta lo compró al Ministerio de Defensa para convertirlo en la sede del Parlamento de Galicia.
Posteriormente, una rehabilitación modélica, obra de Andrés Reboredo, permitió dotar a la Cámara gallega de una sede definitiva, después de itinerar por dos espacios prestados: los pazos de Xelmírez y de Fonseca.